Djurdjevic, un pichichi con el sello de Torrecilla
Uros Djurdjevic es uno de los hombres del momento en LaLiga SmartBank. El delantero serbio se alzó al liderato de la tabla de goleadores de la categoría de plata después de su triplete frente al Logroñés. Un jugador que llegó a su actual equipo, el Sporting de Gijón, de la mano del actual director deportivo del Real Zaragoza, Miguel Torrecilla.
El caso de 'Djuka' es el claro ejemplo de la dificultad que existe a la hora de valorar el trabajo de la parcela deportiva a través de los fichajes. Firmado en la temporada 2017/18, el serbio está viviendo ahora su mejor momento, pero su trayectoria ha estado llena de altibajos.
Formado en las categorías inferiores tanto del Estrella Roja como del Rad de Belgrado, pronto saldría de su país para poner rumbo al Vitesse neerlandés. Allí destacó en el filial, pero no logró hacerse con un hueco en el primer equipo, lo que le llevó al fútbol italiano, concretamente al Palermo, donde tampoco tuvo suerte. Su explosión llegaría de regreso a Serbia, con el Partizán, con el que anotaría 24 goles en 29 partidos, un rendimiento que le valdría para firmar por Olympiakos.
Tras una campaña de rendimiento irregular y ante los problemas internos del club griego, Miguel Torrecilla lo reclutaría para el Sporting. Un refuerzo de lujo, con experiencia en las dos grandes competiciones europeas. Sin embargo, su adaptación sería complicada. No anotaría hasta la jornada 16, comenzando el mes de diciembre de 2018. Para entonces, el fichaje más caro de la historia del Sporting contaba ya con ayuda psicológica para superar la ansiedad por no marcar y ayudar en su adaptación.
Aquella primera temporada se cerraría con 12 goles –11 en LaLiga SmartBank y 1 en Copa – Sin embargo, no sería mejor la segunda. Muy al contrario, Djurdjevic apenas consiguió seis tantos la pasada campaña, pese a jugarlo prácticamente todo. Ahora, con David Gallego a los mandos y el equipo luchando por el ascenso, Uros Djurdjevic se ha convertido en una pieza importante, recordando al delantero que enamoró en Partizán de Belgrado. Una satisfacción propia que lo es también para su gran valedor, Miguel Torrecilla.