El Real Zaragoza encara la que es una de las pretemporadas más atípicas de su historia. Lo harán los de Juan Ignacio Martínez en tierras murcianas, a las que viajan en este jueves y donde pondrán a prueba la evolución del equipo frente a tres rivales de primer nivel.
Por segundo verano consecutivo, el coronavirus es uno de los puntos de atención. Tanto es así que, pese a recibir la vacuna, el positivo de uno de los jugadores blanquillos, Enrique Clemente, obligó a la suspensión del que iba a ser el primer encuentro amistoso de la pretemporada.
Además, el club se mantiene a la espera de confirmar una venta que parece no acabar de llegar. Una circunstancia que lleva consigo un condicionante importante a la hora de realizar fichajes. Por el momento, el director deportivo, Miguel Torrecilla, trabaja sin un escenario claro y mantiene una parálisis que ha provocado que apenas se haya acometido un único fichaje, el de Fran Gámez, así como las salidas en forma de cesión de Marc Aguado, Jannick Buyla y Carlos Azón.
Con este escenario resulta llamativo también el lugar escogido para llevar a cabo la preparación. Por primera vez en los últimos años, el Real Zaragoza se marcha lejos de Aragón, concretamente a San Pedro del Pinatar, en unas instalaciones de primer nivel y bien conocidas por JIM. Sin embargo, aleja al equipo de su afición, precisamente en las primeras oportunidades en las que han podido acudir a los campos, quedando únicamente para el amistoso en Calahorra. Circunstancias, todas ellas, que hacen de esta una pretemporada atípica.