JIM, de entrenador a psicólogo

El 18 de diciembre de 2020, el Real Zaragoza anunciaba la contratación de Juan Ignacio Martínez. El entrenador alicantino aterrizaba en La Romareda tras varias exóticas experiencias y con un objetivo claro: salvar al equipo maño del descenso de categoría. JIM recogía el testigo de Iván Martínez en el banquillo zaragocista, y lo hacía con un equipo en caída libre y con un margen de maniobra tan limitado como peligroso.

Desde su primer día en la capital aragonesa, el exentrenador de la UD Levante contagió su positividad y optimismo a un vestuario afectado por la situación del equipo. Su papel, ya no solo como entrenador, sino como psicólogo, fue fundamental en los meses posteriores. Con una dilatada experiencia en el mundo del fútbol, JIM rescató al grupo y logró una salvación muy meritoria.

Al hilo de este “segundo papel” en el Real Zaragoza, Juan Ignacio Martínez ha vuelto a apelar al estado psicológico, anímico y emocional en sus últimas declaraciones. El técnico fue claro ante los medios de comunicación y argumentó el sabor agridulce que dejó el punto cosechado en Lugo tras las ocasiones marradas. Igualmente, ha querido subrayar la "dificultad del partido tras ponerse por detrás". De la misma manera ha confirmado que el equipo está en “una espiral muy positiva” y se ha mostrado confiado de cara al partido del próximo sábado en La Romareda.

Como es evidente, el papel del entrenador zaragocista va más allá de lo deportivo. Su influencia en el bloque está siendo capital y es el capitán de un barco que todos esperan que llegue a buen puerto.

Tanto JIM como el equipo confían en conseguir una victoria que les permita coger distancia con la zona baja y empuje al conjunto blanquillo hacia una posición más tranquila que por méritos ya debería haber pisado.