Pocas imágenes tan icónicas para el aficionado zaragocista durante las últimas temporadas en LaLiga SmartBank como ver al mítico Andoni Cedrún consolando a Bono sobre el mismo césped del estadio de Gran Canaria.
Aquel día, el Real Zaragoza veía como el ascenso se le escapaba de los dedos apenas a cinco minutos del final del partido. Un gol que llegaba tras el fallo en la salida del portero, lo que pesó en su conciencia durante tiempo. Error que no pudo compensar la temporada siguiente, en la que siguió vistiendo de blanquillo pero no se entró ni siquiera en promoción por el ascenso.
Tras dos cursos buscó un nuevo destino y llegó a Girona. En tierras catalanas no tuvo que esperar para lograr el ascenso, que le llegaría en su primera temporada. Objeto de un notable crecimiento, se asentaría en la portería de Montilivi durante dos temporadas en Primera.
De ahí a Sevilla. El salto a un grande en el que le costó asentarse, pero en el que no tardó en convertirse en protagonista. Fue clave en la consecución de la última UEFA Europa League y, en esta temporada, ha conseguido alzarse con el título al menos goleado de LaLiga Santander. Ganador del Trofeo Zamora tras una temporada que dejará el nombre de Bono para la historia.