Hacerse fuerte desde la derrota, la lección de vida de Cristian Álvarez

Dice el tópico que caer está permitido pero levantarse es obligatorio. Algo así es lo que debió sentir el vestuario del Real Zaragozatras la derrota en Anduva. Un partido que dominó el Mirandés y que cortó la racha triunfal del equipo aragonés.

Entre los nombres destacados del cuadro blanquillo estuvo Cristian Álvarez. El portero argentino no mostró únicamente su buen nivel sobre el campo, sino que fuera de él, en zona mixta, dio toda una lección de vida “nos vamos mal y tenemos una semana larga por delante en la que tenemos que apretarnos todos las tuercas y trabajar al máximo para el próximo partido volver a estar a la altura. Desde la humildad y la aceptación de que las cosas no las hemos hecho bien hay una semana para volver a animarnos y sentirnos equipo, parea tener la cabeza alta y animar al compañero”.

Lejos de hundir al equipo, la derrota debe servir como acicate para seguir luchando por estar en el lugar que el club merece, “hay que aprovechar este bajón para darnos impulso y en estos dos partidos en casa seguidos (Eibar y Oviedo) jugarlos con el alma y como si nos fuera la vida en ello”. Y añadía que "estábamos motivados, pero el partido no se dio como esperábamos. El mensaje es que sigamos todos creyendo, que sigamos ilusionados, porque hay equipo y hay proyecto y creo que las cosas van a ir hacia arriba. Realmente lo espero y vamos a trabajar todos para que eso suceda”

Además, Cristian Álvarez no se pudo olvidar de la afición, a quien quiso pedir disculpas “estamos defendiendo un escudo y una ciudad que es muy grande, un sitio muy especial. Y nos vamos jodidos por no haberles dado una victoria a esos aficionados que son los que más se lo merecen. Pedirles disculpas, porque hacen un esfuerzo enorme por estar aquí, al traer a sus hijos, el tiempo estaba malo, con la lluvia y luego volverse a Zaragoza sin esa alegría que a nosotros nos corresponde dársela”.