El partido en el Estadio de la Cerámica dejó marcado a Pape Gueye. El delantero senegalés, que había llegado dos semanas tarde de las vacaciones en Senegal, fue titular, pero apenas duró cuarenta y cinco minutos sobre el césped. Sin él, el equipo reaccionó y fue capaz de remontar un 2-0 adverso.
Una situación que se ha venido repitiendo a lo largo de la campaña y que está dejando en mal lugar al atacante africano. Pese a llegar al cuadro blanquillo con buen cartel y el aval de haber logrado 11 y 12 goles en las dos últimas temporadas en la Jupiler League de Bélgica, su rendimiento se encuentra lejos de lo esperado.
Más si cabe por la forma en la que se produjo su fichaje, en el último momento y con la vitola de ser el delantero que iba a solucionar los problemas ofensivos que habían asolado al Real Zaragoza en las últimas campañas. Una etiqueta de estrella que se traduce también en uno de los salarios más elevados de la plantilla, superando el medio millón de euros.
Sin embargo, la realidad es que Gueye está siendo un futbolista irrelevante en este Real Zaragoza y su rendimiento no mejora con el paso del tiempo. Ya no es excusa la falta de adaptación que se trasladó en un primer momento, así que Fran Escribá tiene un duro trabajo para tratar de recuperar la mejor versión del senegalés en lo que queda de curso.
Un problema de presente que bien podría extenderse también al futuro. En caso de éxito, consumando un ascenso que se presenta improbable en este momento, el cuadro aragonés debería asumir la compra del delantero por una cifra que se sitúa entre los 2,5 y los 3 millones de euros. Algo que, podría suceder incluso en el caso de no lograrse el ascenso.
Y es que, la operación por Pape Gueye es, posiblemente, la primera gran muestra de las llamadas sinergias que acompañaron al mercado estival del Real Zaragoza. Un fichaje de la propiedad, avalado además por los nuevos accionistas, como se reconoció en su presentación. De confirmarse su fichaje a final de la temporada en LaLiga SmartBank, es posible que también tenga que ser la propiedad, en su conjunto, la que afronte la respuesta, en este caso, buscando acomodo al jugador, en una operación similar a la que ya se produjo el pasado verano con otro delantero frustrado como fue Sabin Merino.
Por dignidad el tal Gueye debería reconocer su incapacidad y abandonar el club por voluntad propia. alguna oferta de Bélgica tendrá que allí metió goles y conservará algo de cartel
Menuda metedura de pata, habría que pedir responsabilidades y gordas