El calvario del Real Zaragoza con las lesiones ha sido una constante en la presente campaña. A los múltiples problemas musculares de muchos futbolistas de la primera plantilla se suman las lesiones de larga duración como la de Mollejo, o los continuos problemas físicos de Iván Azón. Esto ha generado un cambio radical en la parcela ofensiva, donde ha habido un futbolista que ha salido claramente beneficiado.
Este es el caso de Miguel Puche. El atacante zaragozano comenzó a subir al primer equipo la temporada pasada de la mano de JIM, pero no terminó de hacerse con un hueco en la primera plantilla. Además de tener minutos en 21 encuentros con el Deportivo Aragón, el año pasado disputó 14 partidos de liga en los que anotó un tanto y repartió una asistencia, colocándose como uno de los canteranos a tener en cuenta de cara a la próxima campaña.
Sin embargo, este año las cosas han cambiado para Puche. En septiembre del año pasado fue renovado, y pasó a tener dorsal del primer equipo. Ya asentado en la primera plantilla, comenzó teniendo un rol de suplente, pero las múltiples lesiones en ataque obligaron a Escribá a introducir al canterano, en estos últimos encuentros fuera de la que es su posición natural. En la presente campaña han sido 25 los encuentros disputados, pero no fue hasta la semana pasada cuando se estrenó como goleador, justo un año después de anotar su primer gol con la camiseta del Real Zaragoza.