El Real Zaragoza empata ante el Huesca en El Alcoraz después de una primera parte polémica que acabó con Jorge Pulido y Zapater, de forma incomprensible, expulsados. Bebé adelantó al Real Zaragoza y Obeng puso las tablas al filo del descanso.
Tras el homenaje a Jorge Pulido en los prolegómenos, el encuentro comenzó con ritmo e intensidad. Los duelos individuales coparon los primeros minutos y el Real Zaragoza se agenció del balón. Mediante Bebé, incisivo y vertical como de costumbre, el conjunto blanquillo se asentó en campo rival, pero el Huesca no tardó en reaccionar. En el minuto 12, Obeng se encontró con el palo tras una buena jugada individual de Joaquín, que sacó de zona a Jair para generar superioridad. El empuje oscense no quedó ahí y Cristian detuvo un disparo de Juan Carlos desde la frontal instantes después.
Con el paso de los minutos Obeng se convirtió en un incordio para la zaga zaragocista y un balón de oxígeno para el Huesca: fijó a Jair y creó espacios a la espalda de centrales bien aprovechados por Joaquín. Timor volvió a probar suerte con una volea a bote pronto desde la corona del área, pero su chut se marchó alto. Jorge Pulido cambió en el 27’ el guion del encuentro y se marchó expulsado tras una entrada muy peligrosa sobre Giuliano en el centro del campo. Acto seguido, Ziganda corrigió: Rubén Pulido por Joaquín.
Bebé siguió inclinando la balanza para el cuadro maño y adelantó al Real Zaragoza tras enviar al fondo de las mallas un balón muerto en el área de Andrés Fernández en el 32’. Con el contexto favorable para el conjunto visitante, el árbitro se encargó de compensar y expulsó, también, a Zapater tres minutos después por un roce en la cara de Sielva. En condiciones normales podría no haber sido ni tarjeta, pero la exageración del jugador del Huesca y la presión oscense dio sus frutos.
La superioridad del Real Zaragoza en todos los aspectos se vio trastocada y la concatenación de sucesos espolearon al Huesca. Bebé vio la amarilla en el 41’ y Blasco remató forzado fuera un centro desde la izquierda. La insistencia local encontró premio al filo del descanso y Obeng, tras un mal despeje de Cristian a tiro de Ratiu, mandó a guardar el rechace que dejo vivo el meta argentino. Se alcanzó el descanso con 1-1.
Escribá movió el banquillo en el paso por vestuarios y Alarcón reemplazó a Puche. Ambos entrenadores ajustaron de la misma manera las expulsiones y la doble punta con la que tanto Real Zaragoza como Huesca comenzaron el choque quedó huérfana. Sielva fue el primero en avisar y nada más comenzar disparó arriba. En el 47’ la zaga blanquilla despejó bajo palos un remate de Ratiu tras una mala salida de zona de Francés, al que Obeng dejó atrás con facilidad.
Pese a que el encuentro rebajó pulsaciones, la tensión se palpaba en cada jugada. La banda derecha del Huesca puso a prueba la fortaleza de Nieto, al que las escasas ayudas de Bebé dejaron en inferioridad. Entre Ratiu y Valentín los locales comenzaron a gobernar un encuentro sin apenas ocasiones en el segundo tiempo. La producción ofensiva del Real Zaragoza dependía en exceso de la autosuficiencia de Giuliano, bien cubierto por los centrales oscenses.
Francho Serrano fue amonestado a falta de quince minutos para el final por una entrada sobre Juan Carlos. Escribá refrescó al equipo e introdujo a Bermejo y Eugeni en el 76’ en detrimento de Vada y Bebé. Ziganda contestó e hizo lo propio dos minutos después: Kento y Marc Mateu por Sielva y Juan Carlos. Con el Huesca asentado en campo rival, el Real Zaragoza buscó reaccionar de la mano de Gueye, que sustituyó a Giuliano Simeone. El encuentro terminó 1-1, sin ocasiones, con ritmo bajo y ambos equipos conformes con el empate.
El Real Zaragoza acumula su cuarto partido sin perder y suma un punto para colocar con 39, a seis de la zona de descenso.