Desde su llegada, Tiago Bebé es sin duda el hombre de moda del Real Zaragoza. En su debut con el club aragonés ante el Andorra ya dejó señas de su buen hacer. Velocidad, descaro y gol es lo que ha aportado al equipo. Sus números, 3 goles en 7 partidos, le han servido para ser el máximo goleador de la plantilla desde su llegada y dar 4 puntos al equipo.
Con el equipo acechando el descenso y aprovechando el mercado de invierno, Raúl Sanllehí empezó a tomar decisiones y decidió sustituir a Miguel Torrecilla como director deportivo. En su lugar llegó Juan Carlos Cordero, que se puso manos a la obra para buscar un extremo que aportara un plus al equipo. El murciano ha acertado en su apuesta de traer cedido a Bebé y ha elevado el nivel de la plantilla.
Sin embargo, Torrecilla no consiguió sus propósitos marcados en los mercados invernales. En su primera temporada, en la 2020-2021, el salamantino consiguió traer a Álex Alegría, delantero que conocía de etapas anteriores. A pesar de conocer la categoría, el ariete solo consiguió marcar 1 gol en sus 15 partidos como zaragocista, dato que refleja que su impacto en el equipo no fue el esperado.
Al curso siguiente y también motivado por la falta de gol del equipo, Torrecilla se lanzó al mercado invernal buscando un goleador que elevara el nivel de la plantilla. Fue entonces cuando recurrió a Sabin Merino, (jugador en propiedad del Real Zaragoza) que no consiguió anotar en los 16 encuentros que disputó la temporada pasada con la elástica blanquilla.