El legado de Xavi Aguado en el Real Zaragoza continúa ahora con su hijo Marc, que tras años haciendo 'la mili' en Andorra ha regresado al equipo de sus amores, al que aprendió a amar viendo a su padre jugar.
Pero, pese a no nacer en Aragón, Aguado amó al equipo blanquillo y se mimetizó perfectamente en la ciudad. Hasta el punto de que vivió uno de los momentos más importantes de la historia del club... ¡Como un aficionado más!
Así lo ha contado en una entrevista al podcast Paquetes. La vuelta de la semifinal de la Recopa de 1995 contra el Chelsea la tuvo que ver desde su casa después de que Víctor Fernández le pidiera que forzara una tarjeta amarilla para llegar libre de sanciones a la final.
"Con 3-0, a Poyet y a mí nos dijeron que forzáramos la tarjeta. Él fue más exagerado: le pasó la pelota por al lado y la tocó con la mano. Pero lo mío, al ser central... Pues fue una faltita. Ahora la UEFA nos sancionaría por admitirlo", afirmó entre risas.
Aguado no viajó a Londres con sus compañeros para ver el partido de vuelta. En su lugar, prefirió quedarse en Zaragoza con su familia. Así lo cuenta:
"En el partido de vuelta casi nos remontan. Santi Aragón marcó un golazo, el 1-1, y el Chelsea tenía que meter cinco goles. Metieron dos más y ya me entró el agobio los últimos minutos. Lo que hice fue apagar la tele y me bajé a la plaza de España, a una fuente, a celebrarlo con los aficionados con una gorra. Menos mal que en aquella época no había Twitter. Ahora no hubiera podido salir".