Julio Velázquez llegó al Real Zaragoza con la misión de revertir la preocupante situación que vivía el equipo tras varios meses de malos resultados. El salamantino aterrizó con ilusión y con la convicción de que la plantilla tenía potencial para hacerlo y tras solo tres jornadas, las sensaciones son otras.
Llegó al debut con pocos días de trabajo y se notó. Poco margen de mejora táctica y mental tuvo el técnico español para darle un aire nuevo a sus futbolistas. Tras detectar los problemas del equipo, Velázquez se puso manos a la obra para subsanarlos. Ante el Leganés, sorprendió con un cambio de sistema donde destaca la línea de tres centrales. Un sistema que ha resultado acertado y ha servido para ganar a los pepineros y empatar fuera de casa contra el Espanyol, puntuando así ante dos de los 'cocos' de la categoría.
Pero lo cierto es que no solo ha encontrado una formación con la que el equipo es más competitivo, sino que también ha descubierto un 'once tipo' que ha repetido en La Romareda y en el Stage Front Stadium. Un equipo titular con varias sorpresas respecto a los planes que plasmaba Fran Escribá. Dani Rebollo se ha asentado como guardameta titular en ausencia de Cristian y Santiago Mouriño ha elevado el nivel completando la zaga junto a Jair Amador y Alejandro Francés.
Del mismo modo, Toni Moya suma dos titularidades consecutivas, cosa que no conseguía desde que jugara de inicio contra el Racing de Ferrol y Mirandés a finales de septiembre y principios de octubre. Pero la gran baza del salamantino es el acomodo de Germán Valera como carrilero izquierdo y hasta el momento le está dando un gran resultado.