Julio Velázquez está más cuestionado que nunca y su futuro está en el aire. La cruel derrota frente a la SD Amorebieta ha sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de muchos aficionados, que unidos en una sonora pitada han pedido su dimisión ante la desastrosa dinámica que atraviesa el conjunto aragonés. Una situación que ha desembocado en una larga reunión de urgencia parte de la cúpula directiva del club como Raúl Sanllehí, Mariano Aguilar y Juan Carlos Cordero con el entrenador.
Julio Velázquez llegó al Real Zaragoza en noviembre del año pasado en sustitución de un Fran Escribá al que se le había agotado el crédito. Con la llegada del salmantino, el Real Zaragoza respiró y salió del infame bucle en el que estaba inmerso. El bagaje inicial del técnico no fue malo, aunque todavía no se terminaba de ver un juego demasiado vistoso. Sin embargo, las últimas semanas han deteriorado la figura de un Julio Velázquez cuyo futuro no está del todo claro.
Tras vencer en La Romareda por 3 a 0 al Sporting de Gijón, el Real Zaragoza comenzó una caída libre que le hace descolgarse de la zona de arriba. El conjunto aragonés cayó ante el Eibar en el feudo armero, e hizo lo propio -y de manera cruel- frente al Cartagena en La Romareda. Las buenas sensaciones no terminaban de llegar y un pobre Real Zaragoza empató en La Cerámica, y la mala dinámica ha continuado frente al Amorebieta. El Real Zaragoza ha caído derrotado en la última jugada frente a un equipo que todavía no había ganado como visitante, ofreciendo una versión muy pobre y que mucho dista de lo que se quiere ver en el estadio zaragozano.
Ante las preguntas sobre su futuro, el salmantino no ha querido hablar, aunque sí que ha mencionado que no va a cesar sus esfuerzos para mejorar: "Tengo todas las fuerzas del mundo y mi obligación y responsabilidad es buscar soluciones para que el equipo sea competitivo".