El partido entre el Real Zaragoza y el Sporting de Gijón tuvo algunos momentos polémicos. Uno de ellos sucedió en la primera parte e involucra al técnico blanquillo, Miguel Ángel Ramírez. Este fue amonestado sobre el minuto 30 de partido por unas airadas protestas. Sin embargo, apenas minuto y medio después Eder Mallo Fernández se volvería a dirigir hacia el banquillo local mostrando una cartulina roja. El gesto del grancanario era de total y absoluta incredulidad. Se quedó boquiabierto ante lo que acababa de suceder en La Romareda. "¿Pero qué he hecho? ¿Qué he hecho?", preguntaba con vehemencia. Y es que posiblemente su reacción fuera la misma que la del resto: sorpresa por una tarjeta roja directa instantes después de ver una tarjeta amarilla.
Tanto es así que incluso los encargados de la retransmisión del partido, en LALIGA HYPERMOTION TV, se quedaron sorprendidos. Sin embargo, ellos mismos corrigieron cuando vieron que el técnico del Real Zaragoza continuaba en la zona técnica y no abandonaba el banquillo local. Entonces las cámaras advirtieron que dicha tarjeta roja iba dirigida a otro miembro del cuerpo técnico zaragocista, no para Miguel Ángel Ramírez.
Sea como fuere, fueron unos dos minutos entre la primera cartulina amarilla y la roja directa que se vivieron con mucha preocupación. La situación del Real Zaragoza en lo deportivo es complicada y son muchas las voces que cuestionan la figura del entrenador, Miguel Ángel Ramírez. Esto sumado a que se mide a su exequipo, del que formó parte durante una temporada y media, planteaba un caldo de cultivo perfecto para que se cerrase el círculo y el grancanario sumara un tropiezo ante su antiguo club.
Sin embargo, con el paso de los minutos el Real Zaragoza fue capaz de dejar de lado esa tensión hasta el punto de que logró marcar por medio de Mario Soberón en los primeros minutos de la segunda mitad, aunque Jonathan Dubasin empataría el encuentro en los minutos finales. Es más, Joan Femenías llegó a salvar el tanto del triunfo rojiblanco en el descuento del partido.
Y es que Miguel Ángel Ramírez ya tiene asumido su futuro, aunque duda de que sea lo mejor para el Real Zaragoza: "A mí me van a echar. Sea la semana que viene, en un mes o en un año". Sabe que tiene la espada de Damocles sobre su figura y que, a este ritmo, es más que posible que le caiga encima. Sin embargo, entiende que seguir con la dinámica del club de cambiar de técnico dos o tres veces al año no ayuda en absoluto a que se arme un proyecto serio y el club pueda aspirar a ascender de verdad. Mientras que le echan, o que no, el equipo volvió a empatar frente al Sporting de Gijón y se queda con 36 puntos. El colchón respecto al descenso sigue adelgazando y el equipo está cada día más cerca del abismo.