El Real Betis ha dado una imagen muy pobre en el Trofeo Colombino, en el que no ha sido capaz de doblegar ni al Córdoba ni al Recreativo de Huelva, dos equipos de inferior categoría.
Eso preocupa al beticismo y, como no, al entrenador Gustavo Poyet, que en todo caso sí ha hecho un llamamiento a la calma cuando apenas quedan once días para que los verdiblancos comiencen la competición oficial.
“Mantengo mucho el equilibrio, no me lo creo cuando el equipo gana, ni me cuelgo de un árbol cuando el equipo pierde. Lo que está claro es que cosas que antes no pasaban, están pasando y hay que solucionarlas. Para eso uno juega, uno entrena y uno intenta buscar el equipo”, indicó en el Nuevo Colombino.
Especialmente preocupantes han sido los errores en defensa, que han generado los dos goles encajados por el Betis en el estadio onubense. “Creo que es lo que se ha notado más. No habíamos cometido prácticamente errores y ahora te diría que en cada partido estamos cometiendo un error y cuando te metes en esta racha, cada error que cometes te meten gol. O sea, mejor ahora que a partir del 20 de agosto”, dijo.
Recuerda Poyet tiempos mejores para tratar de relativizar la derrota sufrida en el Colombino. “Cuando los chicos de 19 años le ganaron al Werder Bremen tampoco íbamos a ser campeones de Liga. Veníamos creciendo y manteniendo una organización que lamentablemente por estos errores parece que se desarma un poco”, por ello, pide “tranquilidad” al beticismo. “La gente se entusiasma muy rápido y pierde la esperanza muy rápido. Esto todavía no empezó. El responsable soy yo. Si yo estoy tranquilo, la gente tiene que estar tranquila”.
Aún quedan dos amistosos más y muchos entrenamientos hasta que el balón eche a rodar en el Camp Nou el próximo día 21, y este tiempo lo quiere aprovechar para que el equipo se afiance lo máximo posible. “He visto a muchos equipos salir campeón en verano y después no ganar nada en siete u ocho partidos y lo contrario, alguien que no gana uno y luego gana cuatro o cinco. Es cuestión de que estos dos partidos nos sirvan para clarificar cosas y quitarnos las dudas para llegar claritos al partido con el Barcelona”.
Y es que el trabajo no es nada sencillo. “Cuando un equipo se forma nuevo, con un entrenador nuevo, con tantas caras nuevas, uno piensa que te puede llevar tres meses para empezar a funcionar. Cuando las fichas encajan perfectas y el entrenador elige perfecto, te cuesta un mes solo. A veces te cuesta seis. Lo que tenemos que tratar es de acortarlo y que el equipo se encuentre lo antes posible, ese clic de formación, no errores, fluidez, ocasiones y que no te metan goles”.
Para finalziar, Poyet no quiso escudarse en las molestias de varios de sus pupilos. “Hemos entrenado muy duro, pero no salió nada. La parte física, la que entrenábamos hoy, no hay nada que objetar. Ahora toca dar una imagen tranquilizadora a la gente”, finalizó.