La selección española se ha marchado de Córdoba con buen sabor de boca, no solo por la cómoda victoria ante Suiza, si no por haber dejado atrás el mal rollo y las tensiones de los últimos días. Una paz que se escenificó con el abrazo ente Alexia Putellas y Montse Tomé tras el partido.
La seleccionadora nacional no ha pasado unos días fáciles, sobre todo desde sus aplausos, por los cuales ya pidió perdón. Sin embargo, Tomé ha conseguido darle la vuelta a la tortilla y se ha ganado el cariño y el apoyo de la afición española.
En la mañana de este miércoles, la seleccionadora española salía del hotel de concentración cuando vio a decenas de aficionados y aficionadas esperando, no solo a las campeonas del mundo, si no también a ella. Montse Tomé dedicó varios minutos a hacer felices a todo. Selfies, autógrafos y conversaciones, mostrando la cercanía de este equipo con la hinchada. Una felicidad de la que se contagió, a juzgar por su sonrisa permanente durante el tiempo que estuvo antes de subir al autobús.
La seleccionadora ovetense valoró su estreno como técnico del combinado nacional. "He aprendido alguna cosa, pero cuando me pare a pensar o más adelante me daré cuenta de que esto ha servido para mucho. Siento que soy alguien que persiste y confía en el trabajo, ante una situación adversa trato de mirar hacia adelante, ser fuerte, imponerme, me rodeo de gente profesional y eso me da fuerza. Esto ha sido un aprendizaje y el deporte es así", culminó.