Cara y cruz para Piqué en el Wanda

Gerard Piqué sigue siendo el centro de atención en la previa de los encuentros. El central azulgrana no se libra de los pitos de la afición cuando su nombre suena en los altavoces de los estadios anunciando la alineación. Esta vez, en el Wanda Metropolitano. 

El central volvió a monopolizar las emociones en los prolegómenos e inicio del partido. La división de opiniones se volvió a hacer patente en las gradas del estadio colchonero, que levantó pitos cuando sonó su nombre pero también algún que otro aplauso. 
Las tornas se cambiaron con el transcurso de los minutos. Fue en el 71 cuando dejó su lugar en el terreno de juego a Azpilicueta para abandonar el césped entre pitos, los menos, y aplausos, la mayoría.
Los silbidos siguen persiguiendo a Piqué a pesar de que hace unos días declaraba en un artículo, en ThePlayersTribune, su ilusión y compromiso con la selección. "Desde que era un niño pequeño y vi a Luis Enrique sangrar y manchar su camiseta en la Copa del Mundo de 1994, mi sueño era jugar con la selección. Estoy extremadamente orgulloso de llevar la insignia cada cuatro años en la Copa del Mundo".