A la selección española de Luis Enrique le volvió a faltar gol y brillantez en los metros finales. No solo la figura de un 'matador' que no perdone la ocasión que cambia el rumbo de un partido en una gran cita, también la del centrocampista que se mueve entre líneas y filtra pases para dejar en buena posición a su compañero para marcar. Marcos Llorente lo hace en el Atlético de Madrid pero zanja un debate sin recorrido.
En un torneo de la grandeza de la Eurocopa los debates se enlazan, más aún si los resultados no acompañan. Cerrado, de momento, el de la portería con la apuesta firme de Luis Enrique por Unai Simón, aparecen otros recurrentes. La evidente falta de gol, la ausencia de un gran referente en la selección, la posición de jugadores alejados de su sitio natural. Ahí aparece la figura de Marcos Llorente.
En su cabeza está instalado que su demarcación en la primera gran cita que disputa con España es la de lateral derecho. Sus virtudes físicas le permiten adaptarse a cualquier deseo de sus entrenadores. Lo demostró para ganarse a Diego Simeone en el Atlético de Madrid y su rendimiento le convirtió en fijo de Luis Enrique.
De rojiblanco apareció como opción de urgencia en el lateral derecho y Simeone le entregó todo el carril. Su potencia, la fortaleza que exhibe, el fondo físico que derrocha en cada partido con carreras en el tiempo añadido con la misma marca en el crono que al primer minuto. El trabajo fuera del campo, de alimentación, descanso y entrenamientos, se traslada dentro. Así creció Marcos en una proyección como futbolista que le situó entre los mejores jugadores del fútbol español.
Su virtud esta temporada fue cumplir siempre, donde le pusiesen. Con sacrificio en banda; aportando asistencias (hasta doce) y mucho gol (trece como centrocampista más goleador de LaLiga Santander) cuando le ubicaron cerca del delantero; disfrutando como extremo en la posición más natural, acercándose a sus tiempos de mediocentro.
En la memoria del aficionado está presente, y cuando añora a un futbolista del perfil de David Silva, Andrés Iniesta o Cesc Fábregas, con la virtud de aparecer entre líneas, filtrar pases y generar acciones de gol, apunta a Marcos Llorente como opción. Al que ven como un 'león enjaulado', sacrificado en un lateral derecho donde Luis Enrique, ante la baja de Dani Carvajal y el agotamiento físico de Jesús Navas, optó por no apostar por un especialista puro en la demarcación.
A Marcos no le calará el debate. Sabe para lo que acudido a la selección y pide que se zanje. "Es algo que se viene hablando desde que el míster decidió ponerme ahí y quiero acabar con esto", respondió a Efe tras el debut de España con empate sin goles ante Suecia en La Cartuja.
"El seleccionador decide dónde pone a cada jugador y lo hace por el bien de la selección y del país. Yo estoy contento por jugar de lateral, no tengo problema, me he hecho a la idea de que voy a jugar ahí y cuanto menos energía perdamos en ese tema, será mejor para todos", añadió.
Para Marcos, la falta de gol de las últimas citas no va acompañada de falta de fútbol. Convencido de que encontrarán pronto la solución, con futbolistas capacitados para hacerlo. "Nos faltó el gol pero lo más difícil lo hicimos, generar las ocasiones y cosas ofensivas para poder marcar. Nos falta efectividad".
Desde que finalizó el partido, Luis Enrique ya analiza situaciones y busca soluciones. Entre sus certezas aparece su apuesta por Marcos Llorente y el jugador no quiere que se extienda un debate al que no ve recorrido.