¡Atraco de alto standing!

La final de la Nations League entre Francia y España pasará a la historia como uno de los más inverosímiles atracos y robos de la historia reciente del fútbol. Inverosímil porque ha ocurrido VAR mediante, que ha validado un gol en claro fuera de juego de Mbappé que a la postre ha sido definitivo para el triunfo galo 1-2 a una selección de Luis Enrique que fue mejor que la campeona del mundo y de la nueva e injusta campeona de la Nations League.

Todo lo ocurrido en el terreno de juego, que en líneas generales fue bastante mejor por parte de España que de Francia, pasará a segundo plano. Tal es el atraco sufrido por España en el césped de San Siro por Robert Taylor y el VAR. Es incompresible que a este nivel ocurra lo ocurrido en Milan, que a este nivel se produzcan errores así. Pero ha ocurrido, y esta final pasará a la historia como la del robo francés a España, aunque en realidad fue más el robo arbitral.

No es difícil analizar el partido que hay tras esa polémica acción. España fue en líneas generales mejor, asumió el mando del partido, fue más España que Francia Francia. Encontró el gol y Benzema se inventó el empate en la jugada siguiente con un golazo descomunal. A partir de ahí el partido se rompió algo más, y Francia pudo correr algo más también, pero eso no quita para que España también llegara y que solo desnivelara el encuentro la, como poco, demencial interpretación del árbitro. Y aún más demencial confirmación del VAR. Busquets explicó que el colegiado les dijo en el campo que Eric hizo por tocar la pelota y habilitó Mbappé. Si el árbitro interpretó eso... peor aún. Mbappé parte en fuera de juego y solo su desmarque ya interfiere en la acción de Eric García. Interpretar que en esa jugada el delantero galo no interfiere en el juego es directamente errar. La norma está para interpretarla con el espíritu de la norma.

Más allá del colegiado

España es un equipo joven con los atributos propios de esa juventud. La valentía, el riesgo, la osadía, también a veces la inexperiencia. Y ante Francia este equipo, porque realmente es equipo, eso lo ha conseguido Luis Enrique, mostró todo lo mejor de esa juventud en edad y en mentalidad. Fue osada, valiente, salió ante la campeona del mundo y clara favorita a ser ella misma, a ser España, a tener la pelota, a dominar al rival, sea quien sea y tenga las estrellas que tenga, y a trabajar por igual, con una presión muy intensa tras pérdida, con un sacrificio encomiable de todos los futbolistas para corregir posiciones, prestar ayudas y tapar huecos y espacios, que teniendo enfrente a futbolistas como Mbappé es tarea vital. Y siendo España, España, evitó que Francia fuera Francia. El centro del campo español, con Busquets en versión española, es decir, mejor que la del Barça, estuvo enorme para elegir siempre las mejores decisiones y hacerlo rápido, porque Francia también presionaba y atosigaba.

El partido no estaba para ocasiones, tácticamente era muy cerrado. El partido estaba en la disputa del control del mismo. Y eso lo tuvo España casi todo el encuentro gracias a los méritos comentados y al elevado nivel mostrado por todos sus jugadores en el aspecto competitivo, mención especial para Gavi.

Llegó el tanto de España, de Oyarzabal resolviendo una magnífica acción a pase de Busquets ante Upamecano. Y Benzema bajó el globo a los dos minutos. Fueron a partir de ahí los minutos más locos del partido, incluidos en el estamento arbitral. Francia pisó más área y España tuvo varias oportunidades para igualar el 1-2 de Mbappé, pero entonces apareció Lloris para evitar el empate y darle a Francia el título de la Nations League, un título manchado por el colegiado.

Bravo por España, subcampeona y debió incluso campeonar.