Todo era alegría en las gradas de La Rosaleda al finalizar el choque entre España y República Checa de la cuarta jornada de la Nations League. Los jugadores de Luis Enrique se quedaron en el centro del campo agradeciendo al público de Málaga su gran acogida, su ánimo y la gran fiesta del fútbol que se ha vivido este domingo. Justo en ese instante, un pequeño aficionado saltaba al césped desde la grada de Fondo Sur y se dirigía a toda velocidad hacia los futbolistas de La Roja.
El invasor fue interceptado rápidamente por la seguridad del estadio, que le preguntaba de dónde había bajado para llevarla de vuelta con sus acompañantes. Las gradas abucheaban ante esta decisión del personal, cuando de repente Pablo Sarabia decidió saltarse las normas. Se dirigió hacia el joven aficionado, ataviado con su bandera de España atada al cuello, lo cogió de la mano y lo acercó hasta donde estaban todos sus compañeros.
Él, valiente, no dudó. Se aproximó raudo y feliz a varios de los componentes del combinado español para que le firmaran la camiseta, que se llevó plagada de rúbricas.
Detallazo de Sarabia y del resto de los jugadores del equipo nacional para hacer feliz a este jovencísimo espontáneo.