La futbolista de la selección española Irene Paredes compadeció, junto a Alexia Putellas, ante los medios en la previa del partido que enfrentará al combinado nacional. La futbolista fue preguntada acerca de la situación que vive el vestuario que se proclamó este verano campeona del Mundo y cómo se ha vivido todo lo sucedido con relación a los últimos acontecimientos con la Real Federación Española de Fútbol y el CSD.
La futbolista de Legazpi reconoció que fue positiva la conversación mantenida entre CSD, Federación y jugadoras: "La reunión fue constructiva, se llegaron a acuerdos que creemos importantes para avanzar. Hay cosas que toman un tiempo, pero les tomamos la palabra, se comprometieron a ello. Somos conscientes de que tarda, están produciéndose los cambios ya".
Con relación a lo que se rumoreó con la posibilidad de que no fueran convocadas, la jugadora reconoció que no deseaban asistir: "No queríamos venir. Habíamos decidido tras diversas conversaciones con la Federación que no era el momento, Fuimos obligadas, pero vinimos. Aceptamos tener muchas reuniones. A partir de ahí tomamos la decisión de tomarnos. Se acordó no ser sancionadas, y tomamos la decisión de quedarnos, no porque estemos a gusto. Por toda la situación, por cómo ha sido. Creemos que es lo que tenemos que hacer para que los acuerdos se cumplan. Tenemos una responsabilidad, también con la sub-23, porque era pasarles una bomba".
A su vez, expuso lo sucedido de cara al comunicado y a diversas jugadoras que no estaban ya en el combinado o decidieron dar su punto de vista: "En el primer comunicado había gente que ya no es jugadora o no viene a la selección. Las 39 éramos del Mundial, o jugadoras seleccionables. Es verdad que ha habido jugadoras que como Athenea o Sheila han expresado su opinión, que es normal. Ha habido dos bajas, Mapi y Patri, su situación es diferente. Llevaban un año sin venir. Como manifestaron, no eran las maneras de volver. Las que estamos aquí creemos que para que haya cambios tenemos que estar".
Por último no ocultó su estado de ánimo con respecto a todo lo que ha ido sucediendo sobre el combinado nacional. "Cansadas, se nos puede ver en las caras cómo estamos. Llevamos varias semanas durmiendo muy poco, y teniendo que entrenar, intentando dar nuestro mejor nivel. Lo único que queremos es jugar a fútbol en unas condiciones dignas en las que se nos respete. Ahora mismo, o hasta ahora, no ha sido del todo posible, y después de lo que pasó en la final, totalmente imposible. Estamos intentando, demandando cambiar cosas para que llegue ese punto en el que las jugadoras solo se dediquen a jugar y no a estar pendientes de si el sistema funciona o no funciona, de estar totalmente sin apoyos, digamos".
Dio una de las claves a poder dar un cambio a la situación: "Cuando ha entrado el CSD, ha sido de manera contundente y se agradece. Pero hasta ahora, nos habíamos sentido solas, les dijimos que llegaban tarde. Todo eso hay que corregirlo. Esperemos que no vuelva a pasar, pero si pasa tiene que haber protocolos para que interfieran. Estamos cansadas, hay cosas que entendemos que se están produciendo, mejorando, pero la luz al final del túnel no se ve. Es muy largo. Somos conscientes de que tenemos el altavoz. Tenemos mucha gente detrás, de otras selecciones, de otros deportes, mujeres en sus trabajos y en sus vidas que están sufriendo cosas similares. Que esto sea un punto de inflexión, donde mirarse, levantar la voz y erradicar todo este tipo de situaciones"