{mosimage}No fue el Sevilla de antaño en el Bernabéu. El equipo de Manolo Jiménez distó mucho de parecerse a ese Sevilla que ha sembrado el miedo en el Paseo de la Castellana las últimas campañas. Entre un equipo y otro se notaron demasiado las diferencias, en contra de lo ocurrido en recientes enfrentamientos. Lo cierto es que los de Nervión saltaron al campo a verlas venir y el Madrid, sin despeinarse, se hizo con el control del partido desde el inicio. El gol de Heinze, de nuevo a balón parado, abría la lata de un Sevilla que encontró en Palop su mejor aliado para mantenerse vivo en el partido y que atajó varias ocasiones de Higuaín y Raúl. Ni siquiera el empate de Kanouté () espoleó a los hispalenses que tan sólo un minuto después vieron como Raúl volvía a poner por delante a los suyos. Tras el descanso, sólo cinco minutos fue capaz de aguantar un Sevilla que, gracias a que Higuaín se empeñó en demostrar lo buen portero que es Palop, pudo mantenerse vivo un buen rato.
Al final, la fragrante fragilidad defensiva y el tanto del argentino pusieron las cosas en su sitio. Sólo en la recta final pudo Luis Fabiano acortar distancias pero no tuvo su día, ni mucho menos. En definitiva, partido tranquilo para los blancos y situación angustiosa para los nervionenses que se complican de forma preocupante su participación en Champions la próxima campaña.