{mosimage}
Sevilla F.C. - Valencia | |
2 | 1 |
Goles: 0-1, Marchena(m.8), 1-1 Kanouté(m. 36), 2-1 Squillaci (m.90). |
El Sevilla se encontrará en semis con el Athletic de Bilbao// Squillaci se estrenó como goleador sevillista.
... Y estalló Nervión. Tan justo para el Sevilla como para el Valencia. Para los unos por su esfuerzo, su garra y su fe hasta el último momento. Para los otros por su racanería. El Sevilla se puso el traje de partido grande. Más que por juego por concentración. Recibió un duro golpe del que supo reponerse y se levantó hasta acabar en éxtasis con ese gol mordido, embarullado y tan delicioso de Squillaci, justo premio a un refuerzo con todas las letras. Por su parte el Valencia se vistió del equipo chico, temeroso, que creyó que lo tenía todo hecho a la media hora y se quedó sin su final en Mestalla. Lo que esta noche planteó el conjunto che a partir del 0-1 bien pudiera haber sido firmado por el Jiménez más criticado en Nervión. Golito en un córner y no uno, dos pasos atrás. A colgarse del larguero. El fútbol esta vez premió al que más puso en el empeño, al que más quiso y al que más de dejó. El gol del galo casi sobre la campaña da al Sevilla la oportunidad de volver a hacer soñar a los suyos con una final, la del 13 de mayo en Mestalla. Simplemente ganó el que más quiso... y el que más puso.
El primer tiempo sevillista fue desesperante. Ni un pase preciso y ni una ocasión de gol clara. El Valencia tampoco hizo nada del otro mundo, pero le bastó con un zarpazo de Marchena antes de los diez minutos para poner de córner el 0-1. El Sevilla era un león dormido y se tambaleaba tanto que le podía caer el segundo... hasta que despertó. Kanouté hacía pasada la media hora el empate y metía las cabras en el corral al conjunto valenciano. Bastaría un minuto más para que el de Mali pusiese de gol a Luis Fabiano y para que el ‘9’ de Brasil fallase lo que nunca falla.
La segunda parte fue un quiero y no puedo. 100% de posesión de la pelota pero sin apenas ocasiones de gol. Todo pundonor y más entrega si cabe pero el gol no llegaba… era de infarto. El Athletic de Bilbao esperaba y la temporada estaba en juego. El Valencia se colgaba del larguero y merecía un castigo y esté llegó. Córner sobre la campana y el gol… Nervión volvía a sonreir.