{mosimage}
Decir que el partido que hoy va a enfrentar al Athletic Club de Bilbao y al Sevilla no sirve para nada resulta realmente osado. Es más, objetivamente hablando, es casi tan importante para el Sevilla como el disputado ante el Atlético la pasada jornada. En juego está mantener o incluso aumentar la renta por la Champions, objetivo marcado, subrayado y recordado día sí y día también por José María del Nido. El problema para Jiménez y Caparrós es que consumirán sus últimas horas antes de la cita liguera sumidos en la duda de reservar o no a sus estrellas. Dicen los hombres del rugby que el fútbol es un deporte de caballeros jugado por villanos, definición opuesta a la que aplican a su propio juego. Si jugasen Llorente o Kanouté, por mencionar a las estrellas de uno u otro conjunto, una mala patada podría condicionar el pase a la final de Copa, y eso es mucho.
Por todo ello, tanto Jiménez como Caparrós, quizás más en el caso del técnico del Athletic, van a presentar caras nuevas... o al menos no demasiado conocidas. Caparrós sopesa dejar fuera a sus dos centrales titulares, Aitor Ocio y Amorebieta, en favor de Ustaritz y el joven Etxeitia, prescindiendo además en la zona de creación y de ataque de Yeste y Llorente. Algo así podría hacer Jiménez. Squillaci y Fazio podrían formar por primera vez como pareja de centrales y Drago supuestamente volverá al lateral para no desgastar a Fernando Navarro. En el centro del campo será interesante comprobar el rol que desempeña Maresca. Si ya no juega este partido... Arriba, Lautaro Acosta tendrá su oportunidad si Kanouté le deja el puesto, mientras que la diatriba más importante estará, como casi siempre, en el extremo izquierdo, donde Capel y Adriano se siguen repartiendo los minutos. Todo sea por la Champions. Y por dar primero.