A partir de ahí, el nivel ha ido descendiendo con once triunfos en la 2008/09 y las diez del pasado ejercicio, hasta caer en picado en el inicio oficial de esta campaña. De los cinco partidos ya disputados por el Sevilla en el Sánchez Pizjuán, entre Liga, Supercopa, Champions y Europa League, los de Antonio Álvarez apenas han sumado un triunfo, el conseguido ante aquel Barcelona experimental en la ida de la Supercopa. Desde entonces, dos derrotas ante Sporting de Braga (3-4) y París Saint Germain (0-1), y dos empates ante Deportivo (0-0) y Racing (1-1), hablan a las claras del cambio radical vivido por el Sevilla ante su afición. Pero estas cifras se agravan aún más en competición europea. De los 29 partidos oficiales europeos disputados por el Sevilla en el Sánchez Pizjuán, sólo ha perdido tres. El problema es que dos de esas tres derrotas le han llegado desde la eliminación de la Champions a manos del Fenerbahçe, en la primavera de 2009. Antes, el AZ de Van Gaal rompió la imbatibilidad local europea del Sevilla en la UEFA de 2006. Después fueron el Sporting de Braga y París Saint Germain sus verdugos recientes.