Sevilla F.C. | 2 | 1 | Sporting de Gijón |
Se le pueden pedir más cosas a este equipo, claro. Sobre todo más continuidad en el juego, más constancia para agobiar a los rivales, más control de la pelota quizás y por momentos más presencia ofensiva, pero a cambio sigue ofreciendo grandes prestaciones atrás (gran Varas, enorme Spahic y aseado Escudé), maneja los ritmos del partido a la perfección y, esté como esté el resultado, da la sensación de tener controlada la situación. Es aguerrido, muy aguerrido, y correoso. El Sevilla de este domingo no fue brillante, como no lo ha sido hasta el momento en la Liga, pero sí efectivo, tremendamente efectivo. Y eso que en esta ocasion recibió un tanto, que frustra el intento de récord de imbatibilidad de Varas, por cierto. Manu del Moral encontró el gol, y de qué forma, con un trallazo impresionante al filo del cuarto de hora que clarificó su panorama en el inicio de temporada y también el panorama del Sevilla en el partido. El conjunto nervionense, cuando aún no tenía claro por dónde meterle mano a un Sporting que salio respondón, se encontró con el marcador a favor y optó por la solución que marca el guion de Marcelino en estos casos. Recular, dar un paso atrás y buscar definir a la contra ante una adelantada defensa asturiana. No encontró sin embargo casi nunca el Sevilla esas contras. Los de Preciado recuperaban casi siempre muy arriba y las imprecisiones locales no permitieron hilar apenas jugadas que metieran miedo a los sportinguistas, que sí lo metieron de cabeza, sobre todo en un remate de Trejo que Varas sacó felino abajo.
En la segunda parte el equipo hispalense, tras salir del vestuario, metió otro arreón para intentar definir el encuentro. Se fue arriba, presionó la salida del Sporting como en fases de la primera parte y acabó encontrando lo que buscaba en un falta que Escudé remató al larguero y que Cáceres aprovechó. El encuentro, con media hora por delante, parecía quedar finiquitado, pero el Sporting tiene orgullo, es un equipo aguerrido a pesar de los resultados y no dio la contienda por perdida. Aprovechó una pérdida de Trochowski, voluntarioso pero algo mareado (en tres puestos jugó durante el partido debido a la lesión de Perotti), para recortar distancias y meterse en el partido. Con muchos minutos por delante, en todo caso, el Sevilla se lo tomó con bastante tranquilidad. Sufrió en un par de jugadas embarulladas en el área, en las que de nuevo surgió Varas, pero también desperdició alguna que otra contra peligrosa. Así alcanzó el final del partido, en el que tiró de oficio para matar el encuentro y sumar otros tres puntos que lo colocan ya en la zona noble de la clasificación, e invicto.