RCD Mallorca | 0 | 0 | Sevilla FC |
El Sevilla, que acumula cuatro jornadas sin ganar, empieza a transmitir señales y síntomas que preocupan. Algunas tienen explicación, como la falta de acierto y peligro en ataque, ya que no hay delanteros a los que recurrir por falta de efectivos. Pero otros ya son susceptibles de análisis y crítica. La medular no construye, solo destruye (este sábado ni eso), y en ello tienen mucho que ver el pésimo momento de Rakitic, la indefinición de Trochowski y la poca contribución de Navas y la nula de Armenteros, por ejemplo. Ante tantas deficiencias ofensivas, se sigue manteniendo el conjunto hispalense por la defensa y por Varas. Si ha habido algo destacable en Mallorca han sido el meta, junto con Spahic, Navarro, Cáceres... en fin, los de siempre, la retaguardia. Ellos, de forma apurada, lograron evitar el tanto local, a pesar de las ocasiones bermellonas.
Luego, ante la falta de potencial de centro del campo hacia adelante, Marcelino, como ha hecho en Palma, con 20 minutos por delante, está tirando de cantera, de Campaña y Luis Alberto. Mucho más maduro el primero, bisoño el segundo, que agotándose el encuentro ante el Mallorca perdió una ocasión de libro por buscar el lucimiento personal antes que a su compañero, Navas en este caso.
El Sevilla, que además ha perdido cierta capacidad de presión, cierta agresividad, casi no le ha hecho cosquillas al Mallorca (un tiro a puerta) y en estos momentos no tiene patrón de juego alguno. Por lo menos, de momento, puntúa en estos tristes partidos que debería ganar pero que pueder perder. Ya la Liga ha consumido un cuarto de temporada y el crecimiento del equipo empieza a tener un ritmo preocupante, de tortuga, insuficiente para alcanzar los objetivos que quiere el Sevilla.