Igualmente, Marcelino no ha dado solución a estos problemas y empieza a cargar con esa losa en su debe. No ha variado un ápice su fórmula inicial, incluso cuando no ha funcionado, y ésta empieza a sufrir deterioros importantes.
Además, la línea defensiva, segura en los primeros partidos, ha vuelto a dejar algunos detalles preocupantes, de inseguridad, que han vuelto a dar la cara en el partido ante el Athletic.
Como puntos positivos en esta marea queda por ahora la clasificación. Cinco jornadas sin ganar no han servido para desbancar al Sevilla de los puestos europeos, aunque la diferencia con la Liga de Campeones es de cinco puntos. Y se supone que con la recuperación de algunos de futbolistas, cuando cojan igualmente la formal, el equipo debe ir a más, al menos en resultados. Ese es el margen que tiene ahora Marcelino, que su equipo mejore en resultados y en juego, aunque en esto último las esperanzas cada vez son menos.