Pretender que en un partido de fútbol el día 5 de enero se omita la facilona pero a la vez recurrente e inevitable connotación festiva de la noche de Reyes Magos sería estar ajenos a la realidad de nuestras tradiciones y a la realidad asimismo de los aficionados al fútbol, tanto sevillistas como valencianos. Así que con la licencia de sus majestades de Oriente, el Valencia y el Sevilla se baten esta noche en duelo con la aspiración y la ilusión de, alguna noche de aquí a mayo, presentarse ante el Rey, esta vez el de aquí, Juan Carlos, para pelear por un título, el de la Copa. La ilusión es tan complicada teniendo a la vista probablemente al Real Madrid o el Barcelona en las rondas próximas que ni una carta a Melchor, Gaspar o a Baltasar garantizaría un puesto en la final. Pero como cuando los niños cuando escriben sus cartas sin querer ni poder dilucidar el milagro de cada 5 de enero, el Sevilla y el Valencia se fijan en la aspiración final de la Copa sin plantearse, de momento, cómo y cuándo, sino solo el ahora.
Porque el Sevilla y el Valencia, principalmente el Sevilla, el que más nos ocupa, tienen entidad suficiente como para creerse en el derecho, porque lo tienen, de ser capaces de sortear cuantos obstáculos se presenten en el duro camino de su parte del cuadro para alcanzar el título. Con un ejemplo basta. El Sevilla de 2010, precisamente en una noche de un 5 de enero, se plantó en el Camp Nou para llevar carbón al Barcelona y arrearle una de las pocas derrotas como local al Barcelona de Guardiola. Andaban los Reyes Magos aún de cabalgata cuando Capel y Negredo dieron ilusión al sevillismo. Una semana después el conjunto por entonces de Manolo Jiménez consumó el milagro en el Ramón Sánchez Pizjuán y eliminó, por primera vez a doble partido, al Barcelona, antes incluso que el Inter de Mourinho. El Sevilla cabó alzando la Copa del Rey, precisamente en el Camp Nou. Y con Palop como portero.
Porque Palop también fue el portero de aquella Copa, el portero que salvó innumerables ocasiones en Nervión ante la artillería blaugrana y el que permitió el pase de su equipo, a la postre, a la final, con otra antológica actuación ante el Getafe. Esta noche, en su competición, la Copa, vuelve a jugar. Vuelve a la titularidad tras varios meses de ostracismo en el banquillo y con el sabor amargo de su aparición ante el Hannover. Vuelve, además, ante el Valencia y en Mestalla. Todo ilusión, noche especial.
Pero la ilusión previa y posterior al encuentro puede transformarse en realizad, crudeza y batalla en los 90 minutos del partido. Sevilla y Valencia, Valencia y Sevilla no son dos equipos que se anden por las ramas. Van a por todas en la competición y pelearán a muerte por ella. El duelo se presume caliente, disputado, igualado, duro. Y en tierras levantinas se han encargado de recordar el duelo caliente, disputado y duro que ya se disputó en Nervión en la Liga, centrando sus iras en Spahic, que por supuesto será titular.
No estará, por contra, Kanouté, autor del tanto del triunfo sevillista en la Liga. Ni Perotti, aún lesionado. Ni Reyes, que aunque querría haber estado finalmente no estará en Mestalla para volver a vestir la camiseta sevillista. Estará, al menos, Negredo, para dirimir su particular duelo de seleccionables con Soldado. Alicientes no faltan, ilusión tampoco, ni magia. La noche del 5 de enero lo tiene todo.
Alineaciones probables:
Valencia CF: Diego Alves; Miguel, Rami, Víctor Ruiz, Jordi Alba; Topal, Banega; Pablo Hernández, Jonas, Piatti; Soldado.
Suplentes probables: Guaita; Barragán, Dealbert, Mathieu, Albelda, Parejo, Feghouli, Tino Costa, Aduriz.
Sevilla FC: Palop; Cáceres, Fazio, Spahic, Fernando Navarro; Jesús Navas, Medel, Trochowski, Armenteros; Manu del Moral; Negredo.
Suplentes: Javi Varas; Coke, Escudé, Luna, Campaña, Rakitic, Luis Alberto.