Final vulgar a una temporada vulgar
Álvaro Ramírez IIIEl Sevilla ha empatado ante el Español en el último partido de la temporada en un broche que confirma y ejemplifica a la perfección lo que ha sido el equipo nervionense esta temporada, mucho de vulgaridad, algo de brillantez y bastantes fallos.
El empate ante en Cornellá, de hecho, deja al equipo hispalense en la mitad de la tabla, noveno. Mediocridad para un equipo que aspiraba a más.
Sevilla FC: Palop; Coke, Cala, Fazio, F. Navarro; Jesús Navas, Deivid (Guarente, m. 84), Rakitic, Perotti (Manu, m. 66); Reyes (Kanouté, m. 72); y Negredo.
El relato del último partido del Sevilla es el de un partido sin apenas tensión en el que el mejor volvió a ser Jesús Navas, que anda como una locomotora que también puede darle fuerza a España. Es el relato de un partido en el que se adelanta el equipo hispalense con un gol de Negredo en una jugada 'rara avis' esta Liga, porque la asistencia fue de Rakitic, otro vulgarizado.
El caso es que Negredo adelantó al Sevilla al final de la primera parte y confirmó unos buenos minutos de los de rojo ante un Español que andaba igual de escaso de intensidad que los andaluces.
En la segunda parte, el Español quiso agradar algo más a sus aficionados y se echó arriba en busca del empate. Por méritos propios puso en pocos apuros a Palop, pero de nuevo la espalda de Coke fue un punto débil por explotar. Coutinho se la ganó al lateral derecho, menos que vulgar esta temporada, y resolvió ante el valenciano.
Pudo, en todo caso, marcar más goles el Sevilla, que en los últimos minutos tuvo oportunidades para ganar el partido ya con Kanouté en el campo, pero o no ntuvo puntería o claridad en los últimos metros.
Por cierto que en este vulgar partido Míchel prefirió darle minutos a Manu del Moral y a Guarente que a jugadores como Babá, al que prometió titularidad tras el encuentro ante el Rayo, o a Campaña, que al final tampoco ha tenido apenas minutos con el madrileño.
¿Decisiones de futuro? Se verá, el caso es que este Sevilla, como dicta la clasificación, es mediocre, y el primer paso para salir de este estado es la designación de un entrenador que quede al frente del proyecto y sea capaz de sacarlo de esta vulgaridad.