El técnico considera que es un jugador con "una presencia formidable, vertical y potente en acciones técnicas. Es un mediocentro completo que asimilará las órdenes tácticas y con velocidad en el juego".
No es la primera vez que el Sevilla utiliza esta fórmula, aunque ha tenido diferentes resultados en los últimos años. Los mejores, Perotti y Fazio, que forman parte del primer equipo de forma fija. En el camino se quedaron otros como Pukki, que se acabó marchando, o Cabral, el suizo que llegó con muchas expectativas y se marchó por la puerta de atrás, o Pouga, que tampoco brilló demasiado.
El último ejemplo de extranjero en el filial es Hiroshi, que ha ofrecido magníficas prestaciones y ha sido el pichichi de Segunda B.