El Sevilla pagó unos cinco millones al Ajax por el extremo belga, que venía a competir con Jesús Navas; a ser su suplente, más bien, pero con la idea de contar con minutos, algo que nunca consiguió. El de Los Palacios, un portento físico, ha sido fijo e indiscutible y, con su buen fútbol, no ha permitido que De Mul se asome a la banda derecha sevillista en este tiempo.
Se va definitivamente, pero antes salió dos veces cedido, al Genk y al Standard de Lieja. En total, tres temporadas y media en cinco años, sólo un partido completo, once participaciones oficiales con los hispalenses. Unos números que hablan por sí solos.
Toparse con Navas fue un obstáculo insuperable. Las lesiones tampoco le ayudaron. Ahora, ya sin contrato, libre, ha de encontrar un equipo que confíe en él, en que conserva las habilidades que llevaron al Sevilla a contratarle cuando despuntaba en Holanda.
De Mul ha pasado cinco años no ya a la sombra de Navas sino eclipsado por completo. Se ve obligado a demostrar que la luz que le hizo brillar con 21 años le acompaña aún a los 26. El hecho de que no haya que pagar un traspaso puede venirle bien en el intento de relanzar su carrera.