Felizmente, Maduro no ha tenido que dejar el fútbol y, en la radio oficial del club, ha comentado esta circunstancia: "Fue un gran susto. Fueron días muy duros para mí y para mi familia, pero al final todo ha salido bien gracias a Dios. Estuve peor mentalmente que físicamente. Fue una sorpresa porque llevo once años jugando sin problemas".
Sobre su estreno oficial con el Sevilla, ante el Rayo, dice que "fue un día especial, pero a la vez un día normal, porque nunca me noté problemas en mi corazón ni en mi cuerpo". "Ahora solo pienso en ayudar al equipo, no pienso en mi problema de corazón", asegura el futbolista de Almere.
Maduro nota que, pese a lo ocurrido, Míchel cuenta con él: "Tengo la confianza del míster. Ahora toca entrenar bien, ir cogiendo minutos y, poco a poco, ser importante. Soy nuevo, me tengo que adaptar al sistema y al equipo. Tengo mucha fuerza y físicamente me encuentro bien".
El jugador da las gracias a su familia: "Mis padres desde el primer día estuvieron muy tranquilos y por eso yo estuve más tranquilo que nunca. Sentí mucho apoyo de mi familia y eso fue muy importante, bonito y especial". Y también al sevillismo: "Gracias, he recibido mucho apoyo con mensajes y cartas", dice.
Respecto a lo deportivo, Maduro piensa que este descanso le viene bien a él y a los lesionados: "Tenemos diez días para entrenar bien porque no hay Liga, y a mí me viene perfecto, al igual que el resto de lesionados, que podremos recuperarlos y estar todos ante el Madrid". Además, piensa que "el Sevilla va a triunfar seguro"; sobre todo "si mantiene la mentalidad de Vallecas".