Fazio, cuestión de seguridad
Su situación es llamativa. La salida de Escudé este verano le dejaba como el defensa más antiguo del plantel. Y estaba llamado a ser el jefe de la defensa sevillista. Cierto es que sus actuaciones hasta la fecha no habían sido realmente convincentes, pero también que el curso pasado su rendimiento mejoró. Hasta el punto que el club recibió ofertas por él, si bien el jugador creyó oportuno continuar en Nervión.
Parecía, junto a Fernando Navarro, el único que tenía garantizado su puesto en la retaguardia. Sobre todo porque Spahic dejó dudas, pero finalmente ha sido el nivel del bosnio el que más sorpresa ha causado. Esto es un bien para el equipo, pero una dificultad añadida para Fazio, dado que también el fichaje de Botía está resultando positivo por el momento.
Está obligado el de Buenos Aires a mostrarse expeditivo atrás, a dejar una buena impresión frente a los bermellones si quiere tener opciones de recuperar su sitio de forma natural.
Míchel le cambió en el descanso de la visita a Granada argumentando que había estado inseguro y le había transmitido esta inseguridad a sus compañeros. Estas palabras no sentaron bien al futbolista, que lejos de venirse abajo ha preferido seguir trabajando para convencer al preparador. Así lo reconoce Míchel, que ante su inminente reaparición ha querido mostrarle públicamente su apoyo y ha confirmado que será él el relevo de Botía.
Puede decirse que Fazio se la juega el lunes. Su imagen puede mejorar si completa un buen partido y se muestra serio y contundente, pero también puede salir bastante perjudicada si no lo hace, dado que hay un sector de la afición que no tiene demasiada confianza en el de Ramos Mejía.