Hay varias similitudes en los enfrentamientos frente al equipo de la capital y al eterno rival. El Real Madrid llegaba el pasado 15 de septiembre al Sánchez-Pizjuán tras haber conseguido un sonrojante 2-6 en las dos últimas campañas. El conjunto de Mourinho había ridiculizado al bloque sevillista en dos ocasiones con un resultado más propio del tenis que del deporte rey. Pero esta vez iba a ser diferente, el conjunto de Míchel se adelantaría con un gol de Trochowski antes de que se cumpliese el primer minuto (57"), conseguía la victoria, se vengaba de resultados anteriores y vivía su primera noche mágica de la temporada.
El pasado domingo sería el sustituto de Trochowski en el campo el encargado de comenzar la fiesta sevillista, de anotar también antes del primer minuto el tanto que abría la lata. Reyes conseguía a los 13" su primer gol de la temporada y el Sevilla se vengaba de la dolorosa derrota de la pasada campaña en el estadio sevillista tras el gol de Beñat en el tiempo añadido.
En ambos encuentros el equipo de Míchel ha tenido otro símil común y ese no es otro que la actitud de los jugadores. La intensidad, la agresividad y la casta que han mostrado los sevillistas en estos dos encuentros han sido diferente a cualquier otro. De esta forma, el Sevilla ha demostrado que con el espíritu mostrado ante madridistas y béticos pueden hacer frente a cualquier rival.