Esa confianza además llegó en Cornellá en forma de goles, sobre todo en dos casos.
Por una parte, Diego Perotti. El argentino completó un buen partido. Estuvo activo, dinámico, participativo, trabajador y además estrelló una pelota en el palo y marcó un tanto, de penalti. Perotti no marcaba, ni más ni menos, que desde el 3 de abril del año 2011 (ante el Zaragoza), prácticamente 20 meses, demasiados para una pieza ofensiva importante en el Sevilla. Las lesiones le han impedido rendir con continuidad y ahora parece que llega su momento. "Perotti es fundamental para nosotros", dijo Míchel tras el encuentro.
El otro caso relevante es el de Babá. El senegalés marcó ante el Español su primer gol de la temporada en nueve partidos. Rompió de esta manera su infame racha en los anteriores partidos, en los que además tuvo ocasiones. Aunque poco después del tanto el africano falló otra clamorosa ocasión, el tanto debe servirle para recobrar la confianza y romper su negativa estadística, pues no marcaba desde el mes de mayo, al final de la pasada temporada.
Dos goles ante el Español que deben servir de estímulo, de confianza. La Copa sirvió para algo más que pasar a octavos de final.