La enésima esperanza
El de Lebrija se mostró sobrio y contundente en la zaga y se convierte, ahora, en la enésima esperanza para el centro de la zaga, donde tantos cambios se vienen produciendo a lo largo de los últimos meses. A veces por obligación, pero en no pocas ocasiones por el bajo rendimiento de sus ocupantes.
También hubo un tiempo en que Fazio, tan señalado siempre, ilusionó con su mejoría y también Spahic, que se marchó cedido, estaba siendo el mejor central pese a cometer errores y no mostrarse todo lo seguro que debería. Botía, sencillamente, no ha respondido a las expectativas, pero esto es algo que ya sufrió el propio Cala cuando le tocó actuar al poco de volver y lo único que dejó fueron dudas sobre lo acertado de su regreso.
Para Valladolid Fazio puede jugar tras dejar atrás su sanción y Emery tiene que elegir si le acompaña con Fernando Navarro como central zurdo o si, por el contrario, le da continuidad a Cala en la retaguardia. El canterano, procedente del AEK de Atenas, parecía condenado al ostracismo después de sus quejas en público por los pocos minutos de juego con que cuenta en el plantel (antes, únicamente había jugado cuatro partidos de la Liga y tres de la Copa del Rey), pero ha aprovechado su oportunidad y ahora hay que ver, primero, si el técnico vasco decide darle el puesto y, segundo, en el caso de jugar, si mantiene esa concentración que le hizo destacar ante los rojiblancos.
El centro de la defensa es una zona en la que el Sevilla arrastra problemas desde hace tiempo. Emery ya habló hace unos días de que la exigencia para sus centrales es máxima debido a que el equipo, con su sistema y su modelo de juego, deja espacios tras los mediocentros, pero lo cierto es que es imprescindible la fiabilidad en una demarcación tan relevante como la zaga.