Siete años de aquella mágica noche de Eindhoven (vídeo)

Hay fechas que quedan en el recuerdo para toda una vida. Momentos marcados en la retina por mucho tiempo que pase. Imágenes de goles, celebraciones, paradas y abrazos inolvidables.

Todo eso en el Sevilla tiene un día y una hora que permanecerán en la mente de todos los que lo vivieron. Ya fuese en el campo, por la tele rodeado de amigos o desde el tercer anillo. Porque ese día, a esa hora y en ese preciso instante, la alegría del sevillismo rebasó todas las fronteras posibles.
Pasaban las 22.30 del 10 de mayo de 2006 cuando el colegiado alemán Herbert Fandel hacía sonar su silbato para poner fin al partido más importante de la historia del Sevilla. Andrés Palop, Daniel Alves, Javi Navarro, Julién Escudé, David Castedo, Jesús Navas, José Luis Martí, Vicenzo Maresca, Adriano Correia, Luis Fabiano, Javier Saviola, Renato Dirnei, Fréderic Kanouté y el inolvidable Antonio Puerta, todos ellos comandados por Juande Ramos, habían firmado ante el Middlesbrough la final soñada. 
Una escandalosa goleada que hacía al Sevilla grande en Europa. La cabeza de Luis Fabiano sería la encargada de envolver al sevillismo en una contenida alegría en el minuto 26 tras un gran centro de Dani Alves. El segundo gol tardaría en llegar. No sería hasta doce minutos antes del final del encuentro. Posiblemente los doce minutos más felices de la historia del sevillismo. Doce minutos en los que Maresca y Kanouté llenaban de euforia las gradas del Philips Stadium, las calles de Sevilla y todos los hogares del mundo en los que hubiese un corazón con sangre blanquirroja. El Sevilla alzaba su primera Copa de la UEFA, se ganaba el respeto en Europa y comenzaba la etapa más gloriosa de sus cien años de historia.
De todo eso hace este viernes siete años. Siete años en los que el Sevilla ha vuelto a tener momentos de felicidad. Tras ese título llegaron dos Copa del Rey, otra Copa de la UEFA, una Supercopa de Europa y otra de España. Pero nada, absolutamente nada, comparable a la felicidad con la que esa noche se fueron todos los sevillistas a la cama.