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Un octavo con techo

Álvaro Ramírez IIIEl Sevilla se ha despedido virtualmente este sábado de la posibilidad de optar a la séptima plaza (que puede ser oficialmente incalcanzable este lunes) y por tanto de acceder a Europa directamente. Se queda el Sevilla en una octava plaza que puede ser europea o no, pero que queda a expensas de la decisión del TAS sobre el Málaga en junio. En lo deportivo, a los de Emery ya solo les queda pelear por mantener ese puesto tras caer ante la Real Sociedad. 

Y, echando un rápido vistazo a la temporada del Sevilla, aun a falta de dos jornadas, realmente el equipo nervionense no es que se haya merecido más. Y posiblemente no por derrotas como las de este sábado. Derrota ante un equipo bien armado propiciada además por la negligencia del árbitro y su asistente, que perjudicaron gravemente a los nervionenses. Sino por esos defectos que, aun aminorados, siguen dando la cara y siguen costando puntos y derrotas a los sevillistas. 

Crónica on-line
Árbitro
Álvarez Izquierdo. Amarillas a Kondogbia (15'), Vela (19'), Fernando Navarro (41'), Agirretxe (54'), Alberto (63'), Cadamuro (77'), Babá (90'). Roja directa a Reyes (57'), cuando estaba calentando.
Formaciones
Sevilla FC: Beto; Coke (Cicinho, m. 65), Cala, Fernando Navarro, Alberto Moreno; Medel (Stevanovic, m. 88), Kondogbia; Jesús Navas, Rakitic, Perotti (Babá, m. 65); Negredo. 
Real Sociedad: Bravo; Carlos Martínez, Cadamuro, Iñigo, De la Bella; Markel, Illarra (Ros, m. 88); Xabi Prieto, Vela (Estrada, m. 79), Griezman (Castro, m. 87); Agirretxe.
Goles
1-0, m. 9: Rakitic. 1-1, m. 16: Rakitic (en propia puerta). 1-2, m. 24: Agirretxe.
Incidencias
Ramón Sánchez Pizjuán.

El equipo hispalense tiene una defensa realmente floja, realmente débil. La ha puesto en evidencia Agirretxe, que durante algunos minutos dejó a la altura del betún a Cala y Fernando Navarro. Sí, Cala es suplente y Navarro central de circunstancias, pero es que Spahic está en Rusia; Fazio, lesionado; y Botía no ha demostrado ser mejor de lo que había en el campo. He ahí la limitada plantilla del Sevilla. Ese defecto, además, constrasta aún más cuando pasa por el Sánchez Pizjuán un equipo sólido, que sabe defender, que maneja conceptos defensivos contundentes, desde el primero al último futbolista. De eso adolece este triste Sevilla, este flojo Sevilla.
Luego, en ataque tiene una casi absoluta dependencia de Negredo, y cuando este no marca pasa lo que pasa.
Así que, todas esas limitaciones dan para lo que dan. Quizás para quedar octavo, que es ya por lo único que podrá pelear el equipo hispalense. Y tampoco está clara esa suerte. Sigue empatado a puntos con el Getafe. Y luego, claro, a esperar al TAS.
No es que haya sido el peor encuentro del mundo el del Sevilla. De hecho con un árbitro más acertado el resultado podría haber sido incluso otro. Tuvo sus opciones, se adelantó, en la primera parte inquietó, pero realmente cuando la Real se puso a defender el resultado poco pudo hacer.
El encuentro comenzó incisivo por ambas partes. Si la Real Sociedad disfrutó de dos claras ocasiones y encontraba vías en la floja defensa sevillista, el equipo nervionense respondió de la forma más rotunda, con un gol. Una buena jugada de pizarra, con cierta variación circunstancial, acabó con el gol de Rakitic que encarrilaba el choque a pesar de que el conjunto donostiarra había demostrado que no daría su brazo a torcer.
Y quiso el destino que el partido se torciera para el Sevilla también de la mano de Rakitic, con un gol en propia puerta. Y con un claro penalti sobre Cala no señalado. El partido parecía discurrir por un lado y los goles por otro, pues en poco obedecían a las tendencias del juego. Sin embargo el segundo tanto de la Real, también rápido, sí que obedeció a cierta lógica. La lógica de una blanda defensa del Sevilla con la que Agirretxe hizo lo que quiso. Cala y Fernando Navarro no se enteraban por dónde iba el partido y por dónde andaba el delantero vasco. Un buen remate a la espalda de los centrales dio la vuelta al encuentro.
A partir de ahí la Real y el Sevilla cambiaron su papel. Los donostiarras cedieron el control del encuentro y el equipo hispalense lo asumió de verdad, llegando con más peligro. Kondogbia se despertó de su siesta y empezaron a aparecer Perotti y también Navas. Medel tuvo una clara, también Negredo y el propio Rakitic. Entonces apareció Bravo para impedir que el partido recuperara las tablas.
En la segunda mitad el equipo de Emery, que esta vez sí intentó revolucionar algo más el encuentro con un doble cambio a los pocos minutos (Babá y Cicinho), intentó levantar el partido. Pero realmente con poca claridad. Lo hizo con corazón, con ganas y voluntad, pero con poca claridad. Sencillamente porque la Real defiende mejor que el Sevilla ataca. A pesar de ello algún cabezazo de Negredo en jugadas a balón parado, la citada acción de Medel (el asistente señaló un fuera de juego claramente legal) y alguna más pudieron meter a los nervionenses en la pelea.
La Real, cierto, también pudo matar el partido si no llega a ser por Beto. Y acabó agotándose el juego sevillista chocando contra la muralla y acabó agotándose sin más recursos que Navas y balones al área sin mucha precisión. Sin ideas.
Se le fue el partido al Sevilla, que ya solo tiene por objetivo intentar amarrar la octava plaza y esperar la decisión del TAS en el mes de junio. Una triste realidad. Un triste techo.

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