Marin convierte en fiesta la verbena

Álvaro Ramírez IIIEl Sevilla se marchará a Polonia con una amplia ventaja para jugar la vuelta de la eliminatoria ante el Slask. Una amplia ventaja en el marcador, porque el equipo nervionense goleó tras comenzar perdiendo, y otra amplia ventaja por contar en sus filas con jugadores como Marko Marin, que decantó el encuentro con su enorme calidad y con dos goles de muchos quilates. 

El jugador nacido en Gradiska es de mucho nivel. Cabe recordar que llega cedido de un club de primer orden como el Chelsea. Tanto como para darle la vuelta a un partido como un calcetín, convertir un choque repleto de nerviosismo en una noche calmada y transformar una verbena, por la lamentable imagen defensiva, en una auténtica fiesta. El mediapunta fue el encargado de hacer el liberador 2-1 y de rematar el encuentro con el cuarto tanto, ese que convierte el partido de vuelta en prácticamente un trámite, cuando por momentos se llegó a temer.

El Sevilla tiene la suerte de contar al menos esta temporada con un jugador de esa talla, capaz de voltear partidos. Pero debe empezar a pensar en acompañar su calidad dignamente. No tendrá problemas en hacerlo en ataque. Tiene artillería, tiene recursos y jugadores de sobra que acabarán haciendo goles, unos más y otros menos. Tiene a Gameiro, que se ha estrenado, y a Rabello, que ha completado un gran partido. Y luego a Perotti, Jairo... Difícilmente tendrá problemas para, de una forma u otra, confeccionar una línea atacante peligrosa.
Donde tiene que trabajar Unai Emery, y también la dirección deportiva fichando a un buen refuerzo, es en defensa. Pero no solo en la línea de cuatro de atrás, sino también en cómo va a defender este equipo.
El Slask Wroclaw es un equipo digno, que se defiende como puede pero que maneja buenos conceptos a la contra. Con eso, con solo eso, volvió loco a la zaga nervionense, que por momentos llegó a ser un desastre, desde Fazio a Diogo, desde Navarro hasta Alberto. Medían mal los espacios, salían mal al fuera de juego, tuvieron fallos de concentración que pudieron costar caros, fallaron en las marcas. Una verbena, vamos. Menos mal que a esos fallos locales les ponía remedio Beto, vital con el resultado ajustado.
Pero además de esa línea defensiva, tiene que trabajar Emery otras carencias. El centro del campo, a día de hoy, no se ubica demasiado bien en el campo. Estando tan desprotegido como lo está por el tinte ofensivo de los cuatro de arriba, debe estar mucho más contenido, más cerca de su defensa. El Slask aprovechó esos enormes espacios para lanzar contragolpes e incluso por momentos para dominar el partido. Demasiado sencillo y demasiado favor para el rival. Posiblemente con la recomposición del mediocampo, con un Iborra más adaptado (anduvo algo perdido) y con un Kondogbia más... presente, se pueda solucionar. Lo del francés este jueves tiene poca explicación. Se retiró del campo por unos problemas estomacales después de casi regalar un gol. Problemas estomacales en estos tiempos de control máximo de la alimentación...
Por esos defectos reseñados se puso por delante el Slask, y por las virtudes ofensivas tuvo ocasiones de sobra el Sevilla para marcar en la primera parte, a pesar de que el empate llegara en un fallo del meta que había salvado ya antes algunos goles. La realidad es que el Sevilla, con este desquilibrio, no podía quejarse del empate tal como había ido la primera mitad.
Y comenzó la segunda con mejor tono y precisión y eso propició que el encuentro se fuera decantando. Primero cuando el rival se quedó con diez, y luego con la aparición fulgurante del bosnio. Un futbolista de máximo nivel que tendrá la suerte de disfrutar el Sevilla. Él hizo el 2-1 en una acción bellísima y el 4-1 en otra no menos exenta de calidad. Entre medias, el estreno de Gameiro, en un saque de esquina muy bien ejecutado.
El Sevilla, que se fue al descanso nervioso y timorato, acabó el encuentro henchido, con una goleada confirmada y con una vuelta en Polonia mucho más tranquila que debe garantizar el pase a la fase de grupos. Será un buen torneo para disfrutar de Marin, entre otros, y un buen reto para mejorar una defensa que a día de hoy es tan débil como para hacer de lastre de un buen equipo.