Fallece la socia más antigua del Sevilla
Con el caminar de los años, todos miramos hacia atrás, y en muchos momentos pensamos que pasamos por esta vida de puntillas, que cuando nos vayamos cual será nuestro legado, ¿qué quedará?. Hay personas que tienen estrella, que están destinadas a vivir y ser parte de la historia de una u otra manera; a la sombra y brillando con luz propia. Este es el caso de Dña. Juana Benjumea Turmo, mujer que hasta ayer tenía el honor de ser la socia más antigua del Sevilla FC. A sus 93 años de edad seguía sufriendo cada partido con su equipo. Tras cada encuentro, todos corríamos a llamarla, para que nos diera su visión del encuentro, la táctica, los cambios, el árbitro…etc.
Con tan solo 17 años, se hizo socia del Sevilla FC. Fue lo primero que pidió tras salir del internado de Castilleja de la Cuesta. Iba en familia, cada domingo, al que siempre fue su estadio. Quiso vivir todas las finales desde aquella que dio el único campeonato liguero a mediados del siglo XX, hasta la última final que disputó el equipo nervionense en Madrid contra el Getafe en el año 2007.
Persona adelantada a su tiempo, conoció al que fue su marido y jugador del Sevilla, Miguel López Torrontegui.
Ellos mismos se reían al contar que con la ayuda de un amigo periodista publicaban noticias falsas para poder verse a escondidas de sus madres. Eran otros tiempos, donde el ser novia de un jugador de fútbol no estaba bien visto.
No era fácil saber más de deportes que su marido, reconocido con la medalla de Andalucía por el deporte, pero ella era capaz de permanecer pegada a la radio o al televisor para ver deportes olímpicos tan poco conocidos como el Curling. Juana era la persona indicada para preguntarle sobre cualquier resultado, nuevo fichaje, o refuerzo de invierno. Su habilidad para reconocer futuras estrellas del fútbol era tan palpable que muchos ojeadores fueron en su busca para preguntarle por algún chaval que apuntaba maneras.
Tuvo la suerte de estar en dos olimpiadas, México y Roma, donde gracias a su carácter y personalidad conseguía adentrarse en la Villa Olímpica,poder compartir ratos de entretenimiento con todos los deportistas e incluso ir en el bote de arbitraje durante una competición internacional de Remo.
Era tal su conocimiento de cualquier deporte, que incluso llegó a escribir más de un artículo sobre remo y piragüa, a redactores italianos que por aquel entonces, solo sabían de fútbol.
Cuando sueñas que fuese a vivir para siempre, te relajas y disfrutas de la compañía, de aquellas historias del deporte que nadie como ella conocía. Los recuerdos de aquella niñez son los que ahora vienen a la memoria.
Cuanto se aprende de los que amaron el deporte, donde no existían cifras millonarias de por medio, tan solo era un afición, parte de una vida.
A aquellas grandes personas nunca se les dice adiós, nos dejan su legado e historias que pocos tuvieron la suerte de vivir. Algunos nunca llegaremos a vivir y ser parte de la historia del deporte como ellos, por eso te admiraremos siempre.
Gracias abuela.
FDO: Rocío Benjumea