La situación de ambos es diferente. El rumano ha sido acogido con calor y cariño por los aficionados sevillistas en su primera comparecencia liguera. Luego incluso esperaron los seguidores un gol suyo que estuvo a punto de llegar.
En cuanto al argentino, su celebración del gol ante el Friburgo no fue bien recibido por parte de la grada de gol norte. Por eso, al saltar al campo ese sector de la afición lo pitó, si bien el resto del campo intentó contrarrestar esos pitos con aplausos.