El caso es que tras hacerse pública esa sentencia se pusieron en marcha todos los resortes, personales y profesionales, activados por Del Nido para afrontar tan dura pena, que se hará efectiva posiblemente a comienzos de 2014, una vez pasen las Navidades.
Quizás ese conocimiento o intuición del mismo presidente sevillista provocó que los acontecimientos se sucedieran en los instantes siguientes a conocerse la condena con cierta ligereza, efectividad y celeridad. Quienes conocen al presidente del Sevilla, quienes estuvieron o hablaron con él destacan su entereza tras conocer tan rotunda noticia. Siguió dando instrucciones y organizando su marcha del Sevilla para dejarla cerrada lo más pronto posible.
De inmediato se organizó el gabinete de crisis en su casa particular. Allí acudieron familiares, amigos y también dirigentes del club nervionense para empezar a organizar un Sevilla sin Del Nido.
Evidentemente todo esto no quita que se viera afectado, como afectado estaba su entorno por la sentencia del Supremo. Incluso el mismo José María Cruz, al abandonar la casa del presidente, hablaba de "tristeza".
Pero el operativo se puso en marcha y lo primero era dejar encarrilado al menos el futuro inmediato del Sevilla, algo que fue tratado con el mismo Cruz, Monchi, Vizcaíno...
Todo se consumará el lunes, cuando reúna al consejo para presentar su dimisión como presidente del club hispalense y posteriormente se despida públicamente. En principio, será su último gran acto público antes de dar paso a una etapa más íntima antes de cumplir la condena.
A partir de ahí, entra en acción su aspecto más personal. En primer lugar, su entorno y sus abogados aseguran que el mismo Del Nido va a agotar todas las vías legales posibles, pidiendo incluso el indulto al gobierno y el amparo al Tribunal Constitucional solicitando medidas cautelares. Que tengan éxito es algo ciertamente improbable ante la naturaleza de su delito y su condena. Pero el caso es que lo intentará el abogado.
En cualquier caso, Del Nido ya encara su camino a prisión e intenta afrontar su futuro inmediato lo mejor posible. De entrada, este mes aproximado que tenga de libertad, y una vez se despida con cierta repercusión de su etapa de once años como presidente del Sevilla, prentende vivirlo con la mayor intimidad y tranquilidad posible.