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Lejos de la victoria, amarró el empate

Álvaro Ramírez IIIEl Sevilla ha empatado en un pobre partido ante un Athletic que en el Sánchez Pizjuán demostró ser un equipo bastante más hecho que el nervionense. El equipo hispalense no le perdió la cara al partido, pero salvo los dos minutos que estuvo por delante en el marcador casi nunca estuvo cerca de ganar. Realmente, siendo superior el Athletic, ninguno de los dos equipos consumó su idea de partido, pero el Sevilla apenas ofreció argumentos para llevarse los tres puntos.

El Athletic fue mejor. Tuvo más la pelota, controló el choque y se mostró además férreo y seguro en defensa, dando pocas oportunidades a un Sevilla que salvo en ocasiones a balón parado y jugadas de estrategia apenas puso en aprietos a los vascos. Se notó, y mucho, la ausencia de Rakitic en el conjunto de Emery (tan solo 34% de posesión). Se notó su ausencia porque el Sevilla no encontró la pelota, y el croata es el que la canaliza en los hispalenses. Ante tal panorama, y ante la superioridad del Athletic, casi que debe dar por bueno el empate, porque realmente a día de hoy el conjunto vizcaíno es mejor que el sevillano, y la clasificación así lo dice.

Crónica on-line
Árbitro
Undiano Mallenco. Amarillas a Diogo (33'), Gurpegi (38'), Bacca (45'), Vitolo (54'), M'Bia (88'), Iturraspe (90').
Formaciones
Sevilla FC: Beto; Diogo, Cala (Iborra, m. 60), Fazio, Fernando Navarro; M'Bia, Carriço; Vitolo, Reyes (Perotti, m. 66), Alberto Moreno; y Bacca (Gameiro, m. 77). 
Athletic Club: Iraizoz; De Marcos, Gurpegi, Laporte, Balenziaga; Iturraspe, Mikel Rico (San José, m. 89), Herrera, Muniain, Susaeta (Ibai, m. 81); Toquero (Aduriz, m. 60).
Goles
1-0, m. 4: Alberto Moreno. 1-1, m. 6: Susaeta.
Incidencias
Ramón Sánchez Pizjuán.

El partido fue intenso desde del inicio. Intenso, disputado y arrancó con goles. Porque a los cuatro minutos ya había marcado el Sevilla en una magnífica jugada de laboratorio y a los seis había empatado Toquero tras los errores consecutivos primero de Fazio en una cesión algo inexplicable que después Beto no llegó a atajar. Con la ventaja desaprovechada, el partido recomenzó, de nuevo con el empate. Y en ese nuevo partido lo empezó a jugar mejor el Athletic. Tuvo la pelota, dominó, jugó en campo contrario y pudo desarrollar más y mejor su partido que el equipo nervionense, que anduvo impreciso. Pudo resultar casi obvio, pero el Sevilla echó de menos a Rakitic, sobre todo a la hora mantener la posesión del balón, pues Reyes no ejecutó esa labor con tanto acierto y estuvo más irregular e intermitente. El más acertado fue Alberto, porque fue incisivo y uno de los pocos que ganó los duelos individuales y se llevaba los balones divididos, una de las facetas en las que el Athletic fue superior. 
Una vez asumido que el Athletic llevó a cabo su idea de juego mejor que el Sevilla, también es cierto que en defensa no sufrió de forma excesiva y continuada. Es decir, supo el equipo hispalense adaptarse a las circunstancias e intentar hacerle daño al rival con algunas de sus armas. Una de ellas, principal, el balón parado. De hecho llegó hasta marcar M'Bia, eso sí, en fuera de juego.
Ya andaba cabreada la afición con ese tanto acertadamente anulado cuando Undiano pitó un penalti por mano absurda, pero mano al fin y al cabo de Bacca. Tantos decibelios se llevó en contra el árbitro por pitar el penalti a instancias de su asistente como se llevó a favor Beto por su gran paradón en la pena máxima de Susaeta. Dosis de ánimo y moral de las manos del portugués.
Y resultó decisivo. Porque en la segunda mitad el Sevilla apenas creó peligro y puso en aprietos a Iraizoz, algo que en algunas ocasiones sí hizo en la primera mitad. La desaparición de Reyes, la imprecisión de los jugadores del mediocampo, la desconfianza en algunos momentos y la ausencia del faro Rakitic provocaron que el equipo de Emery se fuera aculando poco a poco, retrocediendo metros, cediendo la pelota y el campo, y apenas intentando crear peligro a balón parado. Esa fue la tónica del encuentro, en el que el Athletic asumió toda la responsabilidad y fue a por la victoria. Al menos, eso sí, y salvo ocasiones contadas, el conjunto hispalense supo defenderse más o menos con orden, y concedió poco. Porque realmente el Athletic echó de menos más profundidad en algunas ocasiones, porque los locales cedieron poco espacio.
El encuentro, con un Undiano sibilino y con unos asistentes que acertaron en las decisiones claves, se agotó pues en un empate que debe ser visto por el Sevilla como positivo, porque arrancó un punto ante un rival de bastante entidad y sigue sin perder.

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