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Redentor por Navidad

Álvaro Ramírez IIISe le reclamaba al Sevilla y a Unai Emery, y más aún tras la eliminación copera, un triunfo de peso, de entidad. Pues bien, lo ha logrado el conjunto hispalense ante el Villarreal en El Madrigal, un campo complicado y un rival que se ha llevado todos los elogios en este inicio de la temporada y al que el buen trabajo del conjunto nervionense ha vulgarizado de arriba a abajo. A dos puntos se coloca el Sevilla del quinto, el equipo castellonense, y momentáneamente en posición europea igualado con la Real. 

El equipo de Emery ha adquirido, con el lamentable paréntesis de la Copa, una magnífica virtud, la solidez, esa que convierte equipos medianos en buenos y equipos buenos en magníficos. Aún no ha llegado a ese nivel el Sevilla, le falta crecer algo más con la pelota y equilibrarse, pero va camino si mantiene la seriedad y el rigor demostrado en El Madrigal, donde consiguió vulgarizar a un buen equipo como el Villarreal. El Villarreal no fue ese Villarreal vertical, vertiginoso y peligroso, fue un Villarreal aminorado, detenido y frenado por un Sevilla que optó por acumular muchos jugadores atrás y fortalecerse en el centro del campo, donde Carriço e Iborra demostraron ser la mejor pareja de centrocampistas que tiene Emery a sus órdenes y donde Fazio y Cala dieron su versión buena, ni la que se vio ante el Athletic ni ante el Racing.

Crónica on-line
Árbitro
Gil Manzano. Amarillas a Carriço (51'), Gabriel (57'), Coke (68'), Iborra (75'). Roja directa a Cala (86'), Beto (90'), Pereira (92'). Expulsó a Marcelino, entrenador del Villarreal (44').
Formaciones
Villarreal CF: Asenjo, Mario, Musacchio, Gabriel, J.Costa; Bruno (Pereira, m. 73), Trigueros, Aquino (Pina, m. 46), Perez; Uche (Perbet, m. 67), Giovani. 
Sevilla FC: Beto; Coke, Cala, Fazio, F.Navarro; Carriço, Iborra; Reyes (Jairo, m, 73), Rakitic, Vitolo; Bacca (Gameiro, m. 84).
Goles
0-1, m. 23: Cala. 0-2, m. 70: Bacca. 1-2, m. 87: Perbet.
Incidencias
El Madrigal.

El Sevilla planteó el partido de forma muy seria desde el inicio. Supo claramente cómo afrontar el encuentro y cuál era su plan, dificultar la labor del Villarreal en ataque e intentar sorprender de alguna forma, o en alguna contra o en alguna jugada a balón parado. Intentó dificultar la salida de la pelota del conjunto local, y eso lo hizo atando en corto a la medular amarilla. En ello tuvo mucho que ver, y para bien, la labor de Carriço e Iborra, que contuvieron a Bruno y Trigueros. Ese perfil de la medular, eso sí, dotaba al equipo de una proyección bastante defensiva, destructora más que constructura. Rakitic buscaba la pelota, pero tenía pocas opciones para combinar porque Bacca, Reyes y Vitolo estuvieron poco solícitos y no anduvieron demasiado precisos. El caso es que el Sevilla controlaba bien al Villarreal pero no conseguía conectar en ataque, pero con eso le bastó para adelantarse en el marcador, cómo no, a balón parado. Una falta aparentemente inofensiva en el centro del campo se convirtió en el primer gol del partido tras un remate de Cala en el segundo palo que buscaba prolongrar la jugada y acabó metiéndola por la escuadra. 
Eso tanto reafirmó el trabajo nervionense y la labor defensiva del equipo, que continuó siendo sólida y que permitió a Beto prácticamente pasar unos 45 minutos plácidos.
En la segunda mitad pasó más apuros el portero luso, por el empuje local, pero en realidad el Sevilla siguió defendiéndose con mucho orden y, si bien la pelota era amarilla, las ocasiones más claras fueron para los de rojo. Bacca se estrelló con el poste, cada balón parado era una pesadilla para los de Marcelino (que lo vio en un palco tras ser expulsado) y Rakitic también piso área con peligro. Fue el mejor de los mediapuntas, sin ser brillante. Trabajó y entendió el tempo del partido, mucho mejor que Reyes, demasiado intermitente, y que Vitolo, que acabó mejor que empezó. Precisamente un pase del croata tras una buena contra originó el segundo tanto del Sevilla, teóricamente el de la tranquilidad. Falló Musacchio al cortar la pelota y Bacca estuvo rápido y mortal. Recogió el rechace y la metió en la portería de Asenjo para optimizar al máximo el partido del Sevilla.
Más aún teniendo en cuenta la seriedad defensiva de los nervionenses. Una buena muestra fue la serenidad sevillista cuando recibió el 1-2 en un claro penalti de Cala tras una pérdida de Coke que se convirtió en una peligrosa jugada. Vio la roja el canterano y puerta Perbet. El tanto, a falta de siete minutos, descuento incluido, parecía que podía llevar el caos y el nerviosismo para el Sevilla, nada más lejos de la realidad. Calma total, defensa total y el conjunto andaluz que firmó un importante triunfo, de los de lustre, de los de verdad, de los que te estabilizan en la zona de la tabla y de los que reafirman el buen trabajo del equipo en las últimas jornadas en la Liga.
No se olvidará la eliminación copera ante el Racing. Fue vergonzosa. Pero el Sevilla, con una importante victoria, pide a gritos la redención, precisamente en estas fechas navideñas. El año 2014 se ve con otros ojos tras ganarle al Villarreal y tras presentar credenciales para los puestos más altos de la clasificación.

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