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La fiesta no para en el Sevilla

Álvaro Ramírez III PamplonaEl Sevilla logró un trascendental y cómodo triunfo para sus aspiraciones ligueras en Pamplona ante Osasuna. El conjunto sevillista se dispara en la liga con su quinta victoria consecutiva y prolonga su estado de gracia tras la clasificación europea ante el Betis. La fiesta no para en Nervión. Los de Emery, que de nuevo planteó un partido muy inteligente, llegan al tramo final de la temporada en su mejor momento. Justo cuando se más necesita.

Y hay un hecho que lo demuestra. El Sadar es habitualmente un encuentro incómodo, hostil para el Sevilla. Los resultados de los últimos años lo atestiguan (dos victorias desde 1992 y hasta este domingo). Y sin embargo, el cojunto de Emery pasó por Pamplona como Pedro por su casa y se llevó los tres puntos en un encuentro cómodo como pocos y que decidió en los primeros 45 minutos.

Crónica on-line
Árbitro
Álvarez Izquierdo. Amarillas Coke (59'), Armenteros (74'), Silva (87'). Expulsó a Gracia, entrenador de Osasuna, por protestar el penalti (45').
Formaciones
C. At. Osasuna: Andrés, Marc Bertrán, Arribas, Loties, Damiá (Lobato, m. 58), Cejudo, Lolo (Acuña, m. 66), Silva, Armenteros (Loé, m. 84), Torres y Oriol Riera. 
Sevilla FC: Beto (Javi Varas, m. 46); Coke, Fazio, Pareja, Navarro; M,Bia, Iborra; Trochowski (Carlos Fernández, m. 84), Vitolo, Jairo; y Bacca (Gameiro, m. 75).
Goles
0-1, m. 26: Jairo. 0-2, m. 45: Bacca, penalti. 1-2, m. 93: Acuña.
Incidencias
El Sadar. 14.162 espectadores.

Claro que esa comodidad con la que se impuso el equipo de Emery a Osasuna no fue infusa. El Sevilla solucionó el problema del cansancio por el partido del jueves con jugadores de refresco, pero ya sobre el césped aportó además una inteligencia, unas hechuras, de equipo de entidad. Supo cuándo y cómo emplear sus fuerzas. Supo cuándo y cómo asestar los golpes a su rival. Supo cúando y cómo ganar el encuentro. Y regresó a Sevilla casi enfadado porque el choque, en la segunda mitad, pudo registrar un resultado casi escandaloso sino llega a ser por la pólvora mojada, casi nevada (que hasta nevó en el encuentro) de los atacantes sevillistas. Al final incluso lamentó en el descuento el tanto de Acuña, que poco contaba ya para el encuentro en todo caso.
El Sevilla, como no podía ser de otra forma, planteó el partido determinado por el encuentro del pasado jueves. Y eso evidentemente se notó en la alineación. Unai Emery dio descanso a muchos futbolistas que estuvieron en el Villamarín e introdujo varias novedades de inicio: Coke, Fernando Navarro, Iborra, Trochowski, Vitolo y Jairo. La mitad del equipo. Evidentemente perdía potencial el conjunto de Emery, pero tal como planteó el partido y cómo discurrió, estuvo repleto de lógica. Si bien es cierto que el Sevilla salió algo dormido, pasados unos minutos en los que dio algo de vida a Osasuna tomó el control de la situación. Comenzó a sentirse más seguro atrás, el centro del campo defendía muy junto a la defensa, con Iborra y M'Bia atentos, y encontró vías de salida en algunos futbolistas como Jairo y, sobre todo, Vitolo. El canario se convirtió en referencia, pidió la pelota y empezó a darle sentido a la salida de la pelota en la que colaboraba un acertado Iborra. El Sevilla empezó a tener la pelota y a contragolpear con más sentido, aunque es cierto que sin pisar demasiado el área.
Pero se sentía superior, porque además Osasuna, cuando se encontraba con la zaga hispalense se nublaba, y no por la niebla con la que amaneció Pamplona. Así, cómodo atrás y acertado en las contras, el Sevilla empezó a crecer y encontró el gol, un buen gol. Una gran conducción de Vitolo acabó en Jairo, que con la ayuda de Trochowski para despistar al defensor recortó en la frontal y marcó el gol sevillista que inundaba de sentido todo el encuentro de su equipo.
Mediaba la primera parte y el Sevilla ponía muy de cara el encuentro, y dio continuidad a su labor, que apenas se vio empañada con una clara ocasión de Damia. Pero sobre todo reforzada con un segundo gol, de penalti, de Bacca, aunque en realidad el tanto debió entrar antes en una clamorosa ocasión de Jairo en una gran acción del colombiano desde la medular.
Con el 0-2 y con el plan funcionando a la perfección, la segunda parte, con la entrada de Varas por Beto, lesionado, acentuó aún más la tendencia del encuentro. Osasuna se quiso ir arriba con más decisión, con más presencia, pero de nuevo se encontró con un buen repliegue y un muy posicionamiento sevillista, que convertía las aproximaciones rojillas en claras ocasiones sevillistas. Las transiciones ya no eran rápidas, sino vertiginosas. Cada vez necesitaban menos toques los de Emery para plantarse, y con peligro, ante Andrés. Pero entonces se encontró el conjunto nervionense con una inesperada falta de acierto. Bacca falló tres goles clamorosos, Gameiro, que salió luego por el colombiano, otra internada clara. Hasta Coke se dejó caer por el área para errar. Lo hacía casi todo bien el conjunto de Emery, con Jairo y Vitolo volviendo locos a los defensores navarros, con la zaga firme y sólida, con una presión que hacía pensar que los cansados eran los locales y no los sevillistas.
Pero en el área se sucedían los fallos. De lo contrario, la goleada sevillista en el Sadar podría haber sido histórica. Lo que es histórico, en todo caso, es la racha sevillista, tanto fuera de casa como de victorias seguidas, cinco. Cinco que dan para que el Sevilla no deje de mirar arriba y se asiente cada vez más en puestos europeos. El Sevilla sigue de fiesta. Que no pare.

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