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Y todos contentos

Álvaro Ramírez IIIEl Sevilla ha empatado este domingo ante el Villarreal y con ese punto se ha asegurado, matemáticamente al menos, la sexta plaza en la Liga. Fue un partido poco brillante, aburrido, conformista por el recientemente proclamado finalista de la Liga Europa, pero también por el conjunto de Marcelino, con menos explicación en su caso. Ninguno de los dos contendientes se dejó la vida en el campo. Los locales por el cansancio, los visitantes... ya sabrá Marcelino la razón. 

El caso es que el partido fue bastante triste en cuanto a juego, bonito en cuanto ambiente al principio y apagado al final. Hubo ocasiones, sí, y pudo haber goles, pero el caso es que ni el Sevilla ni el Villarreal arriesgaron más de lo debido. Además, el cansancio se notó en las filas nervionenses, física y mentalmente. No anduvieron frescos ni de piernas ni de ideas, y ese ánimo plomizo se notó durante el partido, salvo en los primeros minutos. Además, para todo ello contó con la coalición y la 'ayuda' del Villarreal, que arriesgó lo mínimo, que no quiso meterle ritmo al partido pese al cansacio sevillista y se conformó con un puntito que lo confirma como séptimo y lo aleja definitivamente de la sexta y la quinta plaza.

Crónica on-line
Árbitro
Prieto Iglesias. Sin amonestaciones.
Formaciones
Sevilla FC: Varas, Coke, Pareja, Carriço, Alberto; M'Bia (Navarro, m. 85), Rakitic, Jairo (Carlos Bacca, m. 65), Marin, Vitolo (Reyes, m. 46); y Gameiro. 
Villarreal CF: Asenjo; Mario, Musacchio, Gabriel, Jokic; Óliver (Costa, m. 68), Bruno, Cani, M. Gómez (Aquino, m. 76); Pereira (Uche, m. 62) y Giovani.
Goles
No hubo.
Incidencias
Ramón Sánchez Pizjuán. Unos 33.000 espectadores.

Poco tuvo que ver el final del partido pues con el principio, porque el Sevilla arrancó alegre, como el Sánchez Pizjuán, que celebraba el pase a la final de Turín y ovacionaba todo lo ovacionable, sobre todo al héroe de Mestalla, M'Bia. Esa felicidad que inundaba el Sánchez Pizjuán se transmitió al equipo de inicio. Salió brioso el conjunto de Emery, espoleado también por la verticalidad de los jugadores a los que le dio la vez el técnico: Jairo, Marin, Gameiro...  
Pero esas ganas, que no se tradujeron en ocasiones claras en esta etapa del partido, se fueron difuminando conforme el Villarreal se fue haciendo con la pelota. El once del Sevilla restaba intensidad y presión a la primera línea de ataque del equipo. Los Gameiro, Marin, Jairo y Vitolo no tienen los mismos conceptos defensivos que Bacca o Rakitic cuando actúan en esas posiciones, y por eso el equipo de Marcelino empezó a tener la pelota con relativa comodidad y avanzar y ganar campo con ella. Hasta que los castellonenses se las veían con M'Bia, Carriço, Alberto, Coke o un inmenso Pareja, que cortaba todo lo que le llegaba, tocaban la pelota de forma muy airosa. Hubo por tanto unos minutos de mejoría amarilla, que no fue a más porque Varas sacó una gran mano en la mejor combinación ofensiva del Villarreal.
Pero se dio la circunstancia de que justo cuando el rival parecía crecerse, el Sevilla montó dos acciones de mucho peligro, las dos cerca del área y con la intervención de Marin, que si bien anduvo algo disperso cuando entraba en contacto con la pelota lo hacía con acierto. El alemán pudo marcar tras un pase de Rakitic y, sobre todo, pudo marcar Vitolo, tras una gran pared con Gameiro. Ahí surgió Asenjo para evitar el gol. Todavía tuvo un susto el meta ex del Atlético con un disparo de Alberto.
Así se alcanzó el descanso, con un partido igualado, con un ritmo entre relajado y cansino y sin que nadie pudiera imponer su ley futbolística.
Y la segunda parte aún empeoró la primera. El Sevilla se desfondó, además tuvo que agotar Emery los cambios por las molestias de Vitolo y M'Bia. A ello se unió una inexcusable falta de ambición del Villarreal. Los de Marcelino solo inquietaron al contragolpe, nunca sumaron demasiados activos en ataque ni desprotegieron su zaga, en la que siempre se mantuvieron firme seis jugadores, los cuatro de atrás y los dos pivotes. El caso es que el choque, salvo acciones aisladas, fue un tostón, y al Sevilla se le vio realmente cansado, y sin ganas ni posibilidad de desmontar tan arduo entramado defensivo de Marcelino. Así se fue agotando el encuentro, con alguna ocasión clara del Villarreal y algunas aproximaciones del Sevilla. 
El punto, en realidad, viene bien a los dos equipos, pues el Sevilla asegura ya su sexta plaza como mínimo, mantiene una jornada más la quinta, que aspira a igualar la Real Sociedad este lunes, y al menos guarda su portería, muy vulnerable en los últimos encuentros. 
El conjunto nervionense ya lo hace todo enfocándolo a Turín, las rotaciones empezaron este domingo y continuarán ante el Getafe. El de este domingo ante el Villarreal ha sido el primero paso hacia la final.

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