Iago Aspas y su derbi particular
Iago Aspas es de esos futbolistas que sienten los colores del equipo en el que se formó. El delantero nació en Moaña, un pequeño municipio de Pontevedra, situado en la ribera derecha de la ría de Vigo, justo enfrente de la ciudad viguesa. Con tan sólo nueve años, el delantero ingresó en las categorías inferiores del Celta. Así las cosas, el futbolista estaba destinado a sentir con pasión los colores celestes. Y, como no podía ser de otra forma, a rivalizar hasta el extremo con el otro grande de Galicia: el Deportivo de la Coruña.
El partido de este domingo, por tanto, será muy especial para el futbolista gallego. Iago Aspas vivirá en el Sevilla-Deportivo su particular derbi. Y lo hará en el que posiblemente sea su mejor momento desde que aterrizara en Nervión. Después de un inicio de temporada en el que apenas ha podido disfrutar de oportunidades, el de Moaña parece haber tomado el ritmo de la competición. Tras unos buenos minutos en el final del partido ante la Real Sociedad, frente al Rijeka jugó su primer encuentro como titular con la casaca sevillista, logrando abrir la lata con un bonito tanto. Un gol en el que el delantero demostró la calidad que atesora en sus botas, con un recorte con la pierna derecha en un palmo que dejó sentado al defensa, para colocar el balón en el palo largo con la zurda. Si bien la lógica invita a pensar que Carlos Bacca debe ser el titular tras su suplencia en Croacia, tampoco hay que descartar que Emery le conceda muchos minutos al delantero gallego, aprovechando su inercia positiva y motivación de cara al choque.
Una rivalidad que le ha llevado en más de una ocasión a protagonizar algún que otro polémico episodio, cada vez que le han colocado un micrófono por delante. Aspas no esconde nunca su amor por el Celta, como ya demostró hace unos días en Twitter tras la victoria celtista ante el Dépor. En más de una entrevista, el delantero del Sevilla se ha declarado “antideportivista y del Celta a muerte”. En definitiva, un plus importante para el jugador si es capaz de canalizar sus ganas para que no le pasen factura sobre el césped. Algo que no consiguió en su último derbi, disputado en Riazor en marzo de 2013, cuando fue expulsado en el minuto 28 tras propinarle un cabezazo a Carlos Marchena.