Iago Aspas, el 'scout' de Emery

Que Unai Emery es un obseso de fútbol es dato poco relevante a estas alturas. Tras cerca de dos años en el banquillo del Sevilla, su forma de trabajo es de sobra conocida, destacando las muchas horas que dedica a ver fútbol. Lo que no se sabía, hasta ahora, es que el técnico tenía un ayudante en este tipo de tareas dentro de la propia plantilla. Y es que Iago Aspas es otro 'enfermo' del fútbol. El gallego reconoce que pasa horas viendo partidos en su casa, hasta el punto de que el preparador vasco suele pedirle análisis de los rivales en alguna charla previa a un encuentro.

Así, el delantero gallego dice conocer a la perfección los puntos fuertes y débiles de los equipos a los que tendrá que enfrentarse, al realizar labores de 'scouting' en su tiempo libre. "Me encanta el fútbol, miro estadísticas, y ya había visto jugar a todos mis compañeros. Veo fútbol todo el tiempo que puedo, partidos de Segunda B, de la Premier League, de todas las ligas, no me importa. Me puedo llevar todo un sábado viendo un partido detrás de otro, y por la noche los resúmenes de los partidos que me haya perdido. En el mundial del 94', cuando sólo tenía seis años me sabía los jugadores de todas las selecciones, soy un enfermo del fútbol, lo reconozco". En ese sentido soy diferente a mi hermano, que también es futbolista. Él es incapaz de ver un Levante-Español, por ejemplo. ¿Emery? Es un enfermo del fútbol que trabaja por y para él. Cuando hacemos la charla sobre el rival, siempre que pide un análisis me pregunta a mí porque sabe que sigo a todos los equipos”, comenta Aspas en una entrevista en Sevilla FC TV.
El delantero sevillista también reconoce ser una futbolista muy competitivo al que no le gusta perder: “En el campo soy una persona nerviosa, tengo carácter ganador, no me gusta perder ni con mi novia jugando a juegos de mesa. No me gusta perder y si salgo al campo hago todo lo posible para revertir la situación. No son momentos fáciles para un futbolista cuando pierde, otros los disuadirán de otra forma, pero a mí me cuesta, la verdad”.