Fue precisamente en el partido de ida ante el Standard de Lieja cuando el rendimiento de José Antonio Reyes despertó dudas e incluso provocó enfado en la expedición que volvía de Bélgica. Y ha sido precisamente en el partido de vuelta ante el Standard de Lieja, apenas tres semanas después, cuando José Antonio Reyes ha mostrado quizás su mejor cara de la temporada. Lástima que cuando disfrutaba de sus mejores minutos tuvo que retirarse del campo lesionado.
Pero hasta ese minuto 57 en el que el utrerano se echó al césped sin poder continuar, ofreció un repertorio repleto de calidad y hasta de un gol. Corrían pocos minutos cuando desde el centro del campo dio un pase a Diogo el canterano que lo dejó solo y casi provoca el primer gol del encuentro. Magnífica asistencia a la que le siguió, por ejemplo, un remate de falta casi ideal, en técnica y en potencia. La pelota tocó en el palo y se marchó fuera.
Pero el culmen llegó con el gol de Reyes. Una obra de arte futbolística cimentada en tres paredes, una con Denis, otra del gallego con Diogo y la final del portugués con el propio Reyes, que se quedó solo ante el portero y definió con calma y tranquilidad.
Tuvo alguna otra acción de mérito en los pocos minutos de la segunda parte que disputó. Al final, se lesionó y fue sustituido, pero se llevó una gran ovación, merecida por su rendimiento. El Sánchez Pizjuán se rindió a la calidad del utrerano y los pañuelos de su gol se fundieron en aplausos.