Todos los equipos tienen una mala racha al enfrentarse a un rival que, durante muchos partidos seguidos, se le atraganta. Lo que en términos futbolísticos se conoce como 'la bestia negra', cuando un club se agiganta frente a otro, sin importar la clasificación, incluso durante varios años. Así, el Deportivo de la Coruña o el Osasuna fueron escuadras que se le atragantaron durante muchas temporadas al Sevilla. Una maldición que el equipo nervionense empezó a sacudirse en 2007, eliminando al equipo gallego y al navarro en las semifinales de la Copa del Rey y de la UEFA, respectivamente.
Sin embargo, el Sevilla parece haberse encontrado ahora con una nueva piedra en el zapato. Se trata, precisamente, del último rival que visitó Nervión el pasado domingo, el Levante. El conjunto valenciano logró arrancar un punto del Ramón Sánchez-Pizjuán, con un gol en la recta final del partido de Casadesús que empataba la contienda. Un empate que el vestuario granota, como no podía ser de otra forma, celebró por todo lo alto. No en vano, el Sevilla ha encadenado su séptimo partido de Liga consecutivo sin quitarle los tres puntos Levante.
La última victoria del conjunto blanquirrojo ante el valenciano fue en enero de 2011. Un 4-1 en Nervión, con hat-trick de Luis Fabiano, en uno de sus últimos partidos con la casaca del Sevilla. Esa, además, supuso la novena victoria consecutiva de los sevillistas ante el Levante. A partir de aquel encuentro, el conjunto levantinista ha logrado enlazar siete partidos seguidos sin perder, con tres empates y tres victorias. La última de ellas, el 2-3 de la pasada campaña en el Sánchez-Pizjuán, en un choque en el que el equipo de Unai Emery se adelantó hasta en dos ocasiones en el marcador, pero en el que acabó claudicando.